El aumento de la temperatura global representa una amenaza importante para la producción ganadera y tiene un impacto negativo en la salud, producción, reproducción y bienestar de los bovinos. Aunque el estrés por calor en la vaca lechera adulta es bastante conocido, cada vez existe más evidencia científica que el aumento de las temperaturas afecta a las vacas lecheras en todas las edades y etapas de lactancia (Becker et al., 2020; Dado-Senn et al., 2020a; Ghaffari, 2022).
Durante la etapa gestacional, los terneros que nacen al comienzo de la temporada de partos de otoño pueden verse afectados por factores ambientales asociados con el clima cálido del verano al que fueron expuestas sus madres (Ghaffari, 2022). En esta edición de Agrocolun abordaremos los efectos del estrés calórico durante la etapa prenatal del ternero y los efectos en su futuro desempeño productivo.
Primeramente, es importante recordar que para determinar el estrés por calor se utiliza el Índice de Temperatura-Humedad (ITH), que otorga un valor según la combinación de temperatura y humedad relativa del ambiente. Se ha definido que para vacas lecheras adultas ITH > 68 indica que el animal tiene alteraciones fisiológicas atribuibles a estrés por calor (De Rensis et al., 2015). Los invitamos a revisar la figura 1 donde se detallan los ITH.
Para conocer el valor de ITH en tiempo real de su zona geográfica ingrese al siguiente enlace: https://agrometeorologia.cl/indiceEstresTermico/IET_HOUR
EFECTOS SOBRE EL FETO DEL ESTRÉS POR CALOR EN LA GESTACIÓN TARDÍA
Diversos estudios han demostrado que, al menos desde el período seco (aproximadamente 60 días antes del parto), la exposición al estrés por calor a través del ambiente intrauterino puede tener consecuencias productivas negativas a largo plazo en las vaquillas y posterior vacas lecheras a través de un concepto conocido como programación intrauterina (Ghaffari, 2022). El estrés por calor al final de la gestación coincide con un período de rápido crecimiento, donde el feto extrae nutrientes a través de la placenta para acumular el 60% de su peso al nacer (Bauman and Bruce Currie, 1980).
Las vacas con estrés por calor durante el período seco tienen más bajas concentraciones sanguíneas de hormonas placentarias circulantes, lo que refleja un deterioro de la función placentaria. De hecho, el peso de la placenta se reduce por la exposición al estrés por
calor durante la última etapa de la gestación; además, se reduce el flujo sanguíneo placentario (Reynolds et al., 2006), y una combinación de estos factores crea un ambiente restringido de nutrientes en el útero que limita el crecimiento fetal (figura 2).
EFECTOS DEL ESTRÉS POR CALOR EN LA GESTACIÓN TARDÍA SOBRE EL TERNERO RECIÉN NACIDO
Las vacas expuestas al estrés por calor al final de la gestación tienen terneros con alrededor de 9 % menos de peso al nacer (Dado-Senn et al., 2020a) e interesantemente, aunque los terneros consuman una adecuada cantidad de materia seca, tienen aproximadamente 10% menos de ganancia diaria de peso que los terneros nacidos de vacas no estresadas por calor (Dado-Senn et al., 2020b).
Otro de los efectos a la exposición calórica intrauterina es la menor capacidad de absorción de inmunoglobulinas desde el primer día de vida, lo que persiste durante el primer mes de vida, transformándose un desafío para la mantención de una buena salud de los terneros. Como es sabido, la captación de inmunoglobulina G (IgG) en los primeros días de vida se asocia con el recambio de la población inicial de enterocitos en el intestino delgado, que son reemplazados por enterocitos que forman uniones estrechas y limitan el movimiento de moléculas grandes como la IgG. Sin embargo, el estrés por calor en el útero aumenta la tasa de recambio de enterocitos, reduciendo así la capacidad de absorción de IgG del calostro (Ahmed et al., 2021). Así, a pesar de realizar un adecuado calostraje (detalles en Agrocolun edición 67), los terneros nacidos de vacas con estrés calórico absorben menos IgG.
EFECTO DEL ESTRÉS POR CALOR EN LA PRODUCCIÓN FUTURA DE LECHE
El estrés por calor materno al final de la gestación tiene un efecto permanente y duradero en el desarrollo y la función de la glándula mamaria de la progenie. Se ha demostrado que existe menor producción de leche en múltiples lactancias en aquellas vacas que fueron sometidas a estrés por calor durante su desarrollo en el útero. A nivel celular se ha demostrado que vaquillas hijas de vacas que padecieron estrés por calor tienen alvéolos mamarios más pequeños, compuestos por menos células epiteliales mamarias y una menor tasa de proliferación de células epiteliales mamarias en comparación con las vaquillas cuyas madres no padecieron estrés calórico (figura 3). Esto es indicativo de una capacidad secretora de leche reducida debido a un desarrollo mamario anómalo que persiste más de dos años después del estrés gestacional.
Con la tinción hemotoxilina y eosina (HE) se observan en blanco el área luminal de alvéolos mamarios y con la tinción de tricrómico se observan en azul el tejido conectivo (adaptado de Skibiel et al. 2018).
El estrés calórico es una problemática que con los años se ha acentuado en el sur de Chile. Muchos de los sistemas de producción poseen una concentración de partos a fines de verano y principios de otoño, por lo tanto, el período de secado coincide con los días de altas temperaturas. Recordamos que, además de la provisión de agua, es clave el acceso a sombra para todos los animales de su predio durante los días de calor (más detalles de estrategias de mitigación de calor revisar Agrocolun edición 39).
Recuerde que nuestro equipo se encuentra disponible ante cualquier consulta sobre éste o cualquier otro tema relacionado al bienestar animal. Para comunicarse con el Departamento de Bienestar Animal escriba a [email protected]
Referencias:
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Bauman, D.E., and W. Bruce Currie. 1980. Partitioning of Nutrients During Pregnancy and Lactation: A Review of Mechanisms Involving Homeostasis and Homeorhesis. J. Dairy Sci. 63:1514–1529. doi:https://doi.org/10.3168/jds.S0022-0302(80)83111-0.
Becker, C.A., R.J. Collier, and A.E. Stone. 2020. Invited review: Physiological and behavioral effects of heat stress in dairy cows. J. Dairy Sci. 103:6751–6770.doi:10.3168/jds.2019-17929.
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