Parte 2: Conservación de la Biodiversidad para un Desarrollo Sostenible

La relevancia del capital natural, la riqueza de los elementos que lo componen y las actividades humanas que se sustentan en torno a sus servicios ecosistémicos, nos invita a continuar con el artículo de la edición N° 74 y con ello, abordar el eje de la gestión para la conservación de la biodiversidad. Mientras la primera parte de esta entrega esbozó conceptos sobre el estado de la diversidad biológica y la re-estructuración a nivel de Estado que plantea la llamada “Ley para la Naturaleza”, en esta revisión se describe cómo se ha desarrollado la conservación en el contexto nacional. Para ello nos centraremos en la gestión por medio de áreas protegidas, modalidad que se plantea como la piedra angular para preservar el valor natural de las especies y ecosistemas, siendo reconocido así por la Convención sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas.

Gestión de Conservación en Chile

En Chile el esfuerzo conservacionista se ha visto empujado por distintos criterios a lo largo de su historia, suscitándose desde un impulso desarrollado a partir de mediados del siglo XIX orientado a regular los productos madereros, decantando años más tarde en el primer antecedente legal de las áreas protegidas con la creación de la Reserva Forestal Malleco en 1907. Sin embargo, el inicio formal de la conservación in situ tiene su origen en 1931 a través de la Ley de Bosques que, sin establecer diferencias entre los niveles de resguardo de las unidades reconocidas, sentó las bases para regular y fomentar un ordenamiento con un foco evidentemente forestal.

Agrocolun 76 sustentabilidad | conservación de la biodiversidad para un desarrollo sostenible (parte 2)

Con la posterior ratificación de la Convención de Washington en la década de 1960, que establece por Ley la “protección de la flora, fauna y las bellezas escénicas de América”, comenzó un periodo reconocido por la creación de áreas centradas en el amparo de la naturaleza, introduciendo con ello las categorías y los distintos roles de conservación, entre ellos los parques y reservas nacionales. Este criterio “paisajístico” experimentó un giro significativo durante la década de 1980 con la incorporación de áreas protegidas que permitieran aumentar la representatividad de la diversidad ecológica gestionada, ampliándose de tal forma a ecosistemas menos priorizados con anterioridad.

Así, y luego de la creación del Sistema Nacional de Áreas Protegidas Silvestres del Estado (SNASPE), en 1984 y la introducción de la institucionalidad ambiental a partir de la década de 1990, se genera la consolidación del sistema de protección que antecede a la reforma presentada en el artículo de la edición N° 74; marco que establece objetivos diferenciados para cada unidad de manejo y cuyos objetivos jurídicos son la conservación, mejoramiento, restauración y mantención de la diversidad ecológica (Basic y Arriagada, 2012).

La figura 1 da cuenta de la evolución de las superficies gestionadas en Chile para la conservación, diferenciando entre los hitos y décadas descritas, reconociéndose el efecto de las regulaciones en los peaks de áreas añadidas al sistema de protección; destacando la década de 1960 (ratificación de la Convención de Washington) por sobre el resto.

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figura 1a: evolución de la superficie incorporada como área de protección según periodo.
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figura 1b: evolución de la superficie incorporada como área de protección de década hasta 2010.

Escenario Actual

Hoy, el 20% de la superficie terrestre de Chile cuenta con alguna de las designaciones de protección del sistema actual, mientras que para el caso de los ecosistemas marinos se estima una cobertura del 22%; equivalentes a 193.146 km2 y 1.422.463 km2, respectivamente. El desafío existente radica en dos ámbitos: por un lado, se estima que el 82% de la biodiversidad se encuentra fuera de las áreas protegidas, al tiempo que la distribución de la cobertura de protección es irregular a lo largo del territorio (Senado de Chile, 2020). La figura 2 presenta esta distribución a nivel nacional, reflejándose una presencia de áreas protegidas en todas las regiones del país, sin embargo, una alta concentración en las regiones de Magallanes, Aysén y Los Lagos. Destaca además el contraste con el estado de conservación de los ecosistemas presentado en el artículo anterior (figura 3, edición N° 74), en cuanto a la brecha entre las zonas con mayor exposición al riesgo, y la menor presencia de zonas de gestión.Agrocolun 76 sustentabilidad | conservación de la biodiversidad para un desarrollo sostenible (parte 2)

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figura 2: áreas terrestres actualmente protegidas en chile (mapa) y cobertura porcentual de la superficie regional en áreas protegidas (gráfico de barras). Adaptado de ministerio del medio ambiente (2023).

A nivel local, más allá de las zonas de protección, las regiones de Los Ríos y Los Lagos destacan por su concentración de bosque nativo, caracterizándose por la presencia de la ecorregión “bosque caducifolio del sur” y la dominancia de las especies Roble (Nothofagus obliqua), Lingue (Persea lingue), Laurel (Laurelia sempervirens) y Olivillo (Aextoxicon punctatum), entre otras, formando parte del tipo forestal Roble-Raulí-Coihue (figura 3). Así es como la cobertura boscosa en estas regiones alcanza en promedio el 60% de las superficies regionales, aportando con ello al 26% del área total de bosque nativo nacional. Su importancia reside en la capacidad de los bosques nativos de proveer beneficios ecológicos fundamentales para soportar la biodiversidad local, incluyéndose la protección de los suelos, la regulación de los ciclos hídricos, la captura y almacenamiento de dióxido de carbono, y la creación de hábitats esenciales para la flora y fauna.

Iniciativas Colun

Considerando las características de nuestro entorno y reconociendo a la biodiversidad como uno de los pilares ambientales, la Cooperativa se ocupa en su quehacer del resguardo y valoración permanente del aporte ecológico que generan estos ecosistemas. En esta línea, se ha trabajado desde 2020 en un convenio con CONAF para el desarrollo de ejemplares de especies nativas, buscando fomentar la conservación de esta ecorregión por medio del replante en diversas instalaciones industriales y predios agrícolas. La producción de estos individuos se realiza en el Vivero Forestal Piruco, ubicado en Río Bueno y colindante a la Planta Industrial de Colun en aquella comuna, contando a la fecha con 68.634 árboles propagados, con especies como el roble, pelú, lingue y laurel.

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figura 3: vista del parche de bosque nativo en planta verde los tambores, colun.

Paralelamente, en Planta Verde Los Tambores se realiza la restauración de un parche de bosque nativo ubicado en el sector norte de la planta, colindante al Estero Traiguén, con el objeto de recuperar el entorno hacia un estado más natural y característico del sur, eliminando las especies introducidas. Esta iniciativa permite contar dentro del límite del sitio industrial, con un parche que soporta directamente la biodiversidad de la zona. Algunas de las especies nativas que se han incorporado son roble, boldo, olivillo, ulmo, lingue y laurel, realizado raleo y limpieza de la flora exótica. Así, se gestiona una superficie actual de 11 hectáreas por medio de una restauración que alcanza los 7.800 árboles nativos. Por último, se ha avanzado en la plantación de cortinas arbóreas en plantas industriales a través del reemplazo de las especies existentes (exóticas) con árboles nativos de la especie coihue, aumentando gradualmente su presencia en estas áreas para otorgar cobertura y servicios funcionales a la flora del sector.

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figura 4: ejemplares de canelo (drimys winteri) en vivero forestal piruco, colun.

A través de estas iniciativas la Cooperativa hace propia la gestión de conservación de su ambiente inmediato, procurando progresar en el resguardo de la biodiversidad para aportar hacia el equilibrio de los ecosistemas locales, reconociendo la importancia de la diversidad ecológica para un adecuado balance natural.

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figura 5: plantación de roble (nothofagus obliqua) en proceso de restauración. Al fondo, planta verde los tambores, colun.

Referencias

Basic, Z. y Arriagada, R. (2012). Conservación de la biodiversidad y áreas protegidas en Chile. Revista Agronomía y Forestal UC, Edición N°46. Disponible en https://agronomia.uc.cl/AyF

Biblioteca del Congreso Nacional de Chile. (1967). Convención para la protección de la flora, la fauna y las bellezas escénicas naturales de América. Disponible en https://www.conaf.cl/cms/editorweb/transparencia/potestades/Dto-531_bellezas-nat.pdf

Ministerio del Medio Ambiente. (2023). Reporte del estado del medio ambiente 2023. Disponible en https://sinia.mma.gob.cl/estado-del-medio-ambiente/

Organización de las Naciones Unidas (ONU). (1992). Estrategia global para la biodiversidad: Guía para quienes toman decisiones. Disponible en http://pdf.wri.org/estrategiabiodiversidadespguia_bw.pdf

Senado de Chile. (2020). Minuta de proyecto de ley SBAP. Disponible en: https://acortar.link/4Eygb9