El desarrollo sostenible es un concepto ya instalado y ampliamente utilizado en el ámbito de nuestra cotidianidad. Su definición original se atribuye de forma unánime al Informe “Nuestro Futuro Común” de 1987, documento que presenta el término como aquel desarrollo que “satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”. En esencia, plantea el complejo desafío de propender hacia un equilibrio entre el bienestar medioambiental y un desarrollo económico y social.
Para los sectores productivos, el desarrollo sostenible implica gestionar adecuadamente las actividades que generan presiones directas o indirectas sobre los componentes ambientales. Entre estas presiones, el uso de suelo y la generación de residuos, olores y gases contaminantes, se sitúan entre las principales influencias sobre los cuerpos de agua, el suelo y la calidad del aire.
El uso eficiente de los recursos materiales, hídricos y energéticos se torna clave a la hora de generar indicadores de impacto y los medios para identificar, medir y proponer mejoras se vuelven herramientas indispensables a todo nivel. A modo de ejemplo, la Figura 1 presenta estadísticas del reporte de indicadores ambientales para las empresas incluidas en el ranking Global Fortune 250, evidenciando la importancia generalizada que las organizaciones otorgan a este tipo de métricas.
Acuerdos de Producción Limpia y Compromisos Voluntarios
Uno de los mecanismos para llevar a la práctica los lineamientos de la sostenibilidad es la “producción limpia”, entendida en el ámbito del entorno, como la aplicación continua de una estrategia ambiental en procesos, productos y servicios para aumentar la eficiencia y reducir sus potenciales impactos en el medio ambiente. Para ello, el enfoque de la producción limpia es migrar desde la reducción de los contaminantes una vez generados, a la prevención de las emisiones y/o descargas, aumentando los beneficios por medio de un mejor uso de los recursos (PNUMA, 2006).
En Chile, el concepto se estableció formalmente como una herramienta de política pública en 2001 a través del D.S. N°414 del Ministerio de Economía, con el objetivo de generar masa crítica de actores que produzcan en forma limpia, minimizar la contaminación y aumentar la competitividad de las empresas. El brazo implementador de la estrategia nacional en esta temática es la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático (ASCC), entidad coordinadora que promueve un enfoque de gestión productivo ambiental con énfasis en la prevención, la producción sostenible y el dialogo público-privado (ASCC, 2023a). Esto, principalmente a través de compromisos voluntarios llamados Acuerdos de Producción Limpia (APL).
Definidos por la Ley 20.416 (Ministerio de Economía), los APL se constituyen entonces como los mecanismos articuladores para el avance de medidas en materia de producción limpia; siendo convenios celebrados entre un sector empresarial, empresa o empresas y él o los órganos de la administración del Estado con competencia en los temas a abordar. Las etapas generales de un APL se presentan en la Figura 2; una vez finalizado el acuerdo y verificados los avances, la ASCC emite las certificaciones de cumplimiento para las entidades que cumplan con la totalidad de las metas y acciones.
Impacto de los APL
A la fecha y según cifras oficiales (ASCC, 2023b), se han suscrito un total de 210 APL involucrando a 15.758 instalaciones y 8.178 empresas, de los cuales han logrado obtener la certificación por parte de la ASCC en conformidad con la NCh 2807.Of2009, un total de 3.906 (25%) y 2.244 (27%), respectivamente. En la Figura 3 se muestran los sectores productivos con acuerdos suscritos y la distribución de las empresas certificadas según su tamaño.
Mediante la implementación de los distintos acuerdos, se ha promovido un avance voluntario y sistemático de colaboración entre las esferas pública y privada. Así, por ejemplo, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) reconoció en 2012 a los APL como la primera Acción de Mitigación Nacionalmente Apropiada (NAMA) a nivel global; estableciendo el requisito de reporte público de las reducciones de gases de efecto invernadero (GEI) logradas por la ejecución de los acuerdos.
FIGURA 1: INCORPORACIÓN DEL USO DE INDICADORES AMBIENTALES EN LOS REPORTES CORPORATIVOS DE EMPRESAS DEL GLOBAL FORTUNE 250. ELABORACIÓN PROPIA CON DATOS DE LA ENCUESTA DE REPORTE DE SOSTENIBILIDAD (KPMG, 2022).
En 2022 las empresas del G250
Grupo de las 250 empresas más grandes del mundo según ranking Global Fortune
FIGURA 2: ETAPAS PARA EL DESARROLLO DE UN ACUERDO DE PRODUCCIÓN LIMPIA. ELABORACIÓN PROPIA.
FIGURA 3: ACUERDOS DE PRODUCCIÓN LIMPIA SUSCRITOS SEGÚN SECTOR PRODUCTIVO Y DISTRIBUCIÓN DE EMPRESAS CERTIFICADAS SEGÚN SU TAMAÑO. ELABORACIÓN PROPIA CON DATOS DE ASCC (ASCC, 2023B).
Por otra parte, en la Figura 4 se muestran algunos de los impactos históricos en el país de los Acuerdos de Producción Limpia, estimados por la ASCC, en términos de su contribución relativa a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Colun y su Participación en los APL
La participación de Colun en los Acuerdos de Producción Limpia se ha basado en el interés por avanzar en su gestión ambiental, considerando otros actores y asumiendo compromisos voluntarios para incorporar acciones, procesos e iniciativas adicionales de producción limpia. Este desarrollo inició con su adhesión al APL “Cero residuos a eliminación” (2019-2021), logrando la respectiva certificación y obteniendo con resultados favorables, los sellos “Cero residuos a relleno sanitario” para sus tres plantas principales (Figura 5).
Los APL se han establecido como proyectos internos para el desarrollo ambiental y de sostenibilidad. A través del APL Industria Láctea procesadora sustentable (2020-2023, en etapa de validación final), por ejemplo, se han abordado temáticas como gestión hídrica, gestión de la energía, medición de Alcance 3 de huella de carbono y debida diligencia, aspectos relevantes para un crecimiento integral y de excelencia, en la gestión ambiental.
Así, el trabajo en producción limpia y nuestra participación voluntaria, ha permitido avanzar en la gestión responsable de los recursos, aumentando las capacidades instaladas y las herramientas disponibles para evaluar alternativas de mejora; en línea con la visión de sostenibilidad de la Cooperativa y su Política integrada de calidad, inocuidad, medio ambiente, energía, seguridad y salud ocupacional.
Así entonces, desde el año 2019 al día de hoy y a través de su Gerencia Calidad y Medio Ambiente, COLUN ha y está participando de los siguientes proyectos APL:
- APL Cero residuos a eliminación (2019-2021) – ejecutado.
- APL Industria Láctea Procesadora Sustentable (2020-2023) – en validación final por
- Servicios Públicos.
- APL Certificado Azul (2021-2022) – ejecutado.
- APL Certificado Azul (2023-) – en ejecución.
- APL Ecoetiquetado II (2022-) – en ejecución.
Referencias
Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático (ASCC). (2023a). ¿Quiénes somos? Disponible en https://www.ascc.cl/pagina/quienes_somos_1 (Consultado el 21/08/2023).
Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático (ASCC). (2023b). Estado de los APL. Disponible en https://datastudio.google.com/u/0/reporting/6906d59d-9da4-4717-8978-751ffb0691ef (Consultado el 21/08/2023).
Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático (ASCC). (2023c). Reporte interactivo contribución a ODS y combate al Cambio Climático. Disponible en https://datastudio.google.com/reporting/f16a4c66-d68c-49a8-8e2c-33a2e2253466/ (Consultado el 21/08/2023).
KPMG. (2022). Encuesta de Reporte de Sostenibilidad (Survey of Sustainability Reporting). Disponible en https://kpmg.com/xx/en/home/insights/2022/09/survey-of-sustainability-reporting-2022.html (Consultado el 21/08/2023).
Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). (2006). Acuerdos ambientales y producción más limpia. Disponible en https://www.unep.org/resources/report/environmental-agreements-and-cleaner-production (Consultado el 21/08/2023).