Llegó nuevamente la época donde debemos tomar decisiones sobre los establecimientos de praderas en otoño, aunque sea este un tema reiterativo y hasta majadero, casi todos los años, nos vemos enfrentados a esta situación, ya sea por necesidad de renovación, falta de alimento o pérdidas de plantas debido a la intensidad del verano y como nos haya afectado en las distintas zonas de nuestra área de producción desde Los Ríos hasta Los Lagos y de cordillera a mar. Anteriormente hemos citado las condiciones a tener en cuenta: fertilidad de suelos (contar con análisis actualizados o previos a la siembra), fecha de siembra (en polvo o con humedad), obviando a aquellos que poseen riego, tipo de pradera y objetivo anuales, bianuales, perennes, etc.; y, por otro lado, si son son pastoreo, soiling y conservación de forraje y, hasta en algunos casos, precultivos para limpiar y mejorar el suelo para siembras futuras, por ejemplo, de avena o alfalfa. Muchos de los aspectos que fueron mencionados en el artículo de la edición 70: «Establecimiento de Praderas perennes. Recordatorio de Aspectos Claves a Considerar”.
Para esta toma de decisión tenemos 3 grandes tipos de siembra que, por ahora, llamaremos establecimientos.


SIEMBRAS TRADICIONALES CON CULTIVO Y PREPARACIÓN DE SUELOS
Consisten en un trabajo de movimiento de suelos que permite eliminar malezas, incorporación de enmiendas, aireación de suelos, control de insectos, eliminación pie de arado, suelos excesivamente compactados, nivelaciones de terrenos, etc.. Esto conlleva un mayor costo por uso de maquinarias y combustible, sin embargo, estas presentan una ventaja por su velocidad de desarrollo y crecimiento por ausencia de competencia.
ESTABLECIMIENTOS CERO LABRANZA
Implica el uso de máquinas regeneradoras de praderas que, en su gran mayoría, son utilizadas para siembra de cereales y las actuales sembradoras neumáticas con diferente forma y tipo de depósito de semillas en el suelo. En la mayoría de los casos va asociada a un barbecho químico realizado con la suficiente antelación para poder eliminar la competencia de malezas u otras especies similares a lo que se va a sembrar, para así evitar competencia por agua, luz y fertilizantes. La idea es realizarlo en una época que el material residente aún este en crecimiento, evitando aplicar sobre material seco o que haya entrado en latencia por falta de humedad o precipitaciones. En condiciones especiales y teniendo en cuenta el uso anterior del suelo puede obviarse esta práctica y regenerar sin el uso de herbicidas sistémicos como el glifosato.
REPOBLAMIENTO O REJUVENECIMIENTO DE PRADERAS
Consiste en el incorporar especies vía regeneradora o sembradora del tipo que sea, sin necesidad de realizar barbechos químicos y, a lo mínimo, un control de malezas de hoja ancha, cuya finalidad es aumentar la población o densidad de la pradera cuando, por razones climáticas (sequía) o de manejo (sub o sobrepastoreo, no respetar rotaciones de acuerdo a la época, ataque de insectos, pérdida de fertilidad, etc), es necesario evitar que disminuyan su productividad evaluando la relación costo-beneficio (asumir que 1 kilo MS = 1 litro de leche), por lo tanto, si logro evitar una disminución de 3 toneladas de materia seca podría significar 3.000 litros de leche más (extras) o menos, dependiendo como se considere.