Llega la primavera y con ella una de las labores más relevantes en los rubros ganaderos que es la conservación de forrajes. Para la planificación de la conservación de forrajes lo primero que se debe tener claro es cuanto ensilaje debo conservar, esto dependerá principalmente de la cantidad de animales que debo alimentar y de los aportes de los distintos alimentos disponibles.
Esta labor se debe realizar con anticipación y con información fidedigna que refleje lo mejor posible las necesidades reales del predio. Una de las herramientas más conocidas y útiles para estos fines es el balance forrajero, que se refiere a la proyección comparada entre los requerimientos de los animales (DEMANDA) con la disponibilidad de praderas y suplementos que se disponen en un predio (OFERTA). Esta comparación proyectada permite establecer estrategias que permitan cumplir con la correcta alimentación del rebaño permitiendo determinar épocas con excesos de forrajes que se podrían conservar o bien épocas con déficit que requerirán suplementación de rebaño.
Es importante mencionar que existen balances forrajeros simples que se enfocan básicamente en suplir la demanda de kilos de materia seca del rebaño y otros en donde además se determina los requerimientos de alimentación a nivel de nutrientes, una u otra opción dependerá del nivel productivo del rebaño.
Los elementos necesarios para construir un buen balance forrajero tenemos:
Requerimientos de consumo de los animales
En este punto es importante considerar la totalidad de los animales a alimentar. En sistemas lecheros se debe distinguir la demanda de las vacas en producción, vacas en periodo seco y hembras de reemplazo.
Vacas en producción: es importante considerar que las vacas en producción tendrán diferentes requerimientos de acuerdo a su peso y nivel productivo. Esta diferencia de consumo se puede realizar a través de un porcentaje de consumo según su peso.
Se puede observar que entre la vaca mas pesada y la mas liviana puede haber una diferencia de consumo en la lactancia de aproximadamente un 25%. De este requerimiento se deberá determinar cuanto es suplido con concentrado, pastoreo directo, cultivo suplementario o ensilajes.
Vacas en periodo seco: en este periodo de descanso y preparación para la siguiente lactancia, las vacas disminuyen el consumo de MS lo cual se puede determinar como un 2,5% de su peso.
Vaquillas de reemplazos: en esta categoría considerar terneras destetadas hasta vaquillas preñadas. Es muy importante considerar y valorar sus requerimientos ya que representan un valor considerable en la demanda de alimentos. Como regla general y simple se puede asumir un consumo del 2,5% de su peso.
Alimentos disponibles
Las praderas bajo los sistemas productivos del sur de Chile es y debe ser el alimento base de nuestro rebaño. Es conocido que el aporte de la pradera no es constante durante el año y por ende existen épocas del año en donde el aporte de las praderas no es capaz de sostener los requerimientos alimenticios del rebaño.
A través del gráfico presentado en la Figura 1 se puede visualizar que en los meses de verano e invierno el aporte de la pradera baja considerablemente lo que obliga a suplementar el rebaño. En la practica se observa que prácticamente tenemos entre 7-8 meses de suplementación siendo más intenso los meses de invierno.
Esa suplementación se puede realizar a través de ensilajes (praderas u otros) o en complementos con cultivos suplementarios tales como nabos, raps, alfalfa, remolacha entre otros.
Un punto importante es el rendimiento de los recursos forrajes en ese sentido priorizar el aumento productivo de las praderas y así como la eficiencia de uso de estos recursos.
El uso de los concentrados debe ser considerado y enmarcado dentro de consumos que nos permitan alcanzar las metas productivas, pero en función de no aumentar nuestros costos de producción fuera de los rangos esperados, ya que estos alimentos terminan siendo lo mas caros.
Recomendaciones generales
Lo óptimo es realizar un balance forrajero para cada predio y de acuerdo a cada realidad, e idealmente junto a un profesional agrícola que le permita considerar todas las variables que involucran este cálculo y por sobretodo abordar las estrategias de manejos que permitan dar cumplimiento a las demandas alimenticias del rebaño.
a) 100% ensilaje de pradera
Como referencia y considerando que existe variables que modifican estos valores tales como el rendimiento de las praderas, zona edafoclimática, épocas de partos entre otras, para una vaca de 500 kg y sin uso de cultivos suplementarios (es decir, sin brassicas o ensilaje de maíz), requiere para su periodo en lactancia 8 bolos y para el periodo seco 2 bolos, esto como valores anuales, por lo tanto, para cada vaca se necesitarán 10 bolos al año (200 Kg MS/bolo), o su equivalente en kilos totales para el rebaño en el caso de las parvas.
Las hembras de reposición requerirán en conjunto alrededor de 5 bolos por cabeza en hembras mayores a 1 año, esto considera una cantidad de vaquillas para cumplir con un porcentaje de eliminación del rebaño de no más del 20%. (vaquillas de 1 y 2 años); en palabras sencillas en un rebaño de 100 vacas se debería tener 20 vaquillas preñadas o inseminadas y 20 vaquillas entre preencaste y encaste, en total 40 animales, por 5 bolos por cabeza, se necesitarían 200 bolos extras o su equivalente en kilos de materia seca de parva o algún otro forraje
En este esquema se debe considerar que la mayor parte de la conservación de forrajes estará destinada a suplementar vacas en ordeña por lo tanto parte de la estrategia debe considerar este punto para dar cumplimiento a los desafíos de producción.
Si se consideran la incorporación de cultivos suplementarios tanto de verano como de invierno estos pueden aportar hasta el 40% de los requerimientos de suplementación, en este sentido es importante considerar que estas estrategias se acomoden a la dinámica del predio.
b) Ensilaje de pradera más ensilaje de maíz
Siguiendo con la misma idea anterior, pero incorporando el maiz para ensilaje, que aporta una serie de beneficios nutricionales a las vacas, como aumento de su producción y sólidos. Dentro de los parámetros a considerar está periodo del año se va a suplir con silo de maíz. Si será solo como suplementación de invierno, si será invierno y verano, o para todo el año, lo que se muestra en la figura 3.
c) Ensilaje de pradera + brassicas
Otro balance forrajero posible es combinar ensilajes de pradera con brassicas para suplir faltas de forraje de verano y/o otoño. Este contempla aparte del ensilaje de pradera la siembra de brassicas, para ello una opción es considerar el consumo de 6 bolos de ensilaje de pradera/ vaca masa (o su equivalente en kilos en parva), adicional a esto se considera la siembra de 9 has de brassicas por cada 100 vacas masa, para diferentes épocas del año. Por ejemplo, Nabos o raps para verano o Raps y/o coles para otoño/invierno. Esto permitirá suplementar durante las épocas de verano e Invierno todas las vacas en diferentes estadios de lactancia y en su periodo seco. Además, nos permite tener forraje necesario para todas las categorías de animales de reemplazo (sin considerar los machos), lo anterior se grafica en la figura 3.
Obviamente estos son lineamientos generales para poder hacer un cálculo rápido de las necesidades, y al menos tener una idea al momento de hacer un balance forrajero interno. Pero cada predio es un mundo aparte, y puede haber más variables que incidan en estos cálculos, como son el sistema productivo (pastoril, confinado o mixto), nivel productivo de las vacas, estado de lactancia, estacionalidad en los partos, carga animal, ubicación geográfica del predio (no es lo mismo un predio ubicado en la costa que un predio en precordillera), uso de riego y superficie de riego, etc
Esta planificación se debe realizar con anticipación para poder tomar decisiones tales como cultivos a sembrar, forrajes a comprar, animales a vender, idealmente realizar con 6 meses de anticipación a las épocas criticas (verano-invierno).
Además, es recomendable un monitoreo permanente de los stock de forrajes conservados para poder realizar ajustes e idealmente hacer este cálculo junto a un asesor que le permita considerar todas las variables involucradas, para ello no dude en acudir a los profesionales del Área de Agroservicios.