Variables a Considerar para la Confección o Compra de Forrajes Conservados
Variables a Considerar para la Confección o Compra de Forrajes Conservados

Llega la primavera y con ella una de las labores más relevantes en los rubros ganaderos que es la conservación de forrajes.

Existen dos etapas importantes en la conservación de forraje, la primera es determinar cuánto forraje necesito conservar y la segunda es el cómo realizar técnicamente este proceso.

Eventualmente, el productor, debe resolver una tercera variable que es el no alcanzar a cosechar el suficiente forraje conservado y que decisiones tomar al respecto. Aquí la problemática adquiere una característica económica en donde el productor debe resolver la pertinencia económica de comprar el forraje faltante. Estas decisiones transforman al agricultor en empresario en donde debe velar pragmáticamente por los resultados de la empresa.

CUANTO ENSILAJE NECESITO

La estimación de cuanto ensilaje se va a requerir se debe realizar con anticipación y con información fidedigna que refleje lo mejor posible las necesidades reales del predio. Una de las herramientas más conocidas y útiles para estos fines es el balance forrajero, que se refiere a la proyección comparada entre los requerimientos de los animales (demanda) con la disponibilidad de praderas y suplementos que se disponen en un predio (oferta). Esta comparación proyectada permite establecer estrategias que permitan cumplir con la correcta alimentación del rebaño permitiendo determinar épocas con excesos de forrajes que se podrían conservar o bien épocas con déficit que requerirán suplementación de rebaño.

Es importante mencionar que existen balances forrajeros simples que se enfocan básicamente en suplir la demanda de kilos de materia seca del rebaño y otros en donde, además, se determina los requerimientos de alimentación a nivel de nutrientes, una u otra opción dependerá del nivel productivo del rebaño.

Siempre lo ideal es realizar un balance forrajero para cada predio y de acuerdo con cada realidad, e idealmente junto a un profesional agrícola que le permita considerar todas las variables que involucran este cálculo y por sobretodo abordar las estrategias de manejos que permitan dar cumplimiento a las demandas alimenticias del rebaño. Sin embargo, existen valores referenciales que nos pueden servir para determinar la cantidad de ensilaje requerida. En la tabla 1 se muestran valores requeridos por vaca y en la tabla 2 los requerimientos para un rebaño de 100 vacas.

Tabla 1: Requerimiento de bolos por vaca, según utilización de cultivos suplementarios.

 

Agrocolun edición 74 | confección o compra de forrajes conservados | agrocolun edición 74

Tabla 2: Requerimiento de bolos para un rebaño de 100 vacas, según utilización de cultivos suplementarios.

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El sistema 1 es 100% dependiente de pradera, sin incluir cultivos suplementarios. En el sistema 2 a), el maíz sembrado es solo suplementación invernal, 2 b) el maíz sembrado es para invierno y verano, y el 2 c) para suplementar con ensilaje de maíz año redondo, es por eso que la cantidad de bolos va disminuyendo. El sistema 3 combina pradera más brasica. Y la brassica aporta el suplemento necesario para la época de déficit.

COMO HACER EL ENSILAJE

El objetivo principal del proceso de conservación de forraje es obtener un alimento que contenga la mayor cantidad de nutrientes posibles, debido a que los nutrientes tal como proteína y energía son la porción que reviste mayor importancia en los forrajes. Aún hay una brecha muy amplia entre hacer forrajes buenos (mayor al 15% de proteína), y lo que realmente ocurre en condiciones de campo.

A través del análisis de las muestras realizadas por el laboratorio de Colun el año 2016, sólo el 50% corresponde a silos de buena calidad; lo peor de esto, es que el costo por kilo es igual para ensilajes de buena calidad como para los de mala calidad, pudiendo ser una causal de esta realidad la búsqueda de volumen y no calidad.

Entonces, podemos mencionar algunos factores claves para obtener ensilajes de buena calidad:

  1. Fertilización: Suministre nutrientes de acuerdo a la fertilidad del suelo. La fertilización estratégica en el momento del rezago permitiría asegurar no solo una mayor producción, sino también disminuir los días entre el comienzo de rezago y el corte. Es recomendable aplicar 50-70 unidades de nitrógeno por hectárea, correspondiente a 100-150 kg urea/ha.
  2. Fechas de inicio de rezagos: Idealmente el inicio del rezago se debe planificar de acuerdo a la presencia de excedentes de forrajes, esto varia también de acuerdo a la zona edafoclimática. Cosechas más tempranas permiten disponer de humedad en suelo y temperaturas adecuadas para el rebrote, lo que genera mayor crecimiento y una segunda cosecha de forrajes. El resultado de esto es mayor producción de forraje durante la temporada, con ensilajes de buena calidad.
  3. Duración del tiempo de rezago: En la medida que se atrasa el corte para ensilaje, los rebrotes son más lentos, de menor rendimiento y calidad. Esto se debe a que una mayor cantidad de macollos pasan a estado reproductivo (espigan). Rezagos más largos incrementan los rendimientos, pero disminuye significativamente la calidad nutritiva del forraje conservado (baja la energía, proteína y aumenta FDN). Aproximadamente esto considera 6 a 7 semanas de rezago, posterior a esto, la calidad cae significativamente. Este estado de crecimiento permite obtener forrajes de calidad y una cantidad importante de forraje.

En resumen, la recomendación sería rezagar lo más temprano posible, saltarse los potreros de pastoreo cuando la ballica tiene más de 3 hojas y destinarlos a cosecha de ensilaje. Al momento de cosechar la pradera no debe exceder más de 6 a 7 semanas el periodo de rezago. Esto permite disponer de forraje de buena calidad que asegure una buena producción de leche en los periodos que no se dispone de suficiente pradera para pastorear.

COMPRAS DE FORRAJE CONSERVADO

Generalmente la recomendación más escuchada es que todo el forraje conservado debe ser producido en el mismo predio y evitar las compras de forrajes, esta es la situación ideal y lamentablemente no tan fácil de cumplir.

Las compras de forrajes pueden darse bajo dos situaciones:

  1. Situación prevista inicialmente en el balance forrajero. Ante una situación detectada inicialmente hay opciones de corrección a través de ajuste de carga animal, sin embargo, considerar que el ajuste por medio de eliminación de animales productivos (vacas lecheras) no es conveniente ya que económicamente no es favorable perder venta de leche vs compra de forrajes. Si es posible evaluar ajustar carga a través de hembras de reposición o bien machos, ya que en situaciones de escasez de forrajes estas categorías se ven más castigadas, por ende, la ganancia de peso es menor y con ello menor posibilidad de rentabilizar estas categorías. Considerar que animales mayores de 1 año requieren aproximadamente 5 bolos anuales. También evaluar el ajuste a través del aumento de producción de materia seca de la pradera o cultivos, si bien es cierto esta estrategia no es inmediata, se debe tener en cuenta como estrategia hasta lograr alcanzar los rendimientos objetivos del predio. Considerar que un aumento de 1.000 kg MS/ha en pradera equivale a alrededor de dos bolos en el periodo de conservación.
  2. Situación no contemplada inicialmente. Esto se puede dar por ejemplo por fallas en los cultivos destinados a la conservación de forraje o bien por condiciones climáticas adversas, ya sea sequia o bien inviernos más largos y severos que requieren mayor consumo de forrajes conservados. Ya teniendo claro el escenario de déficit de forraje conservado otra opción a evaluar además de la compra de forraje, es la descarga de animales improductivos.

En ambas situaciones es recomendable actuar rápido. Una vez claro el déficit es sugerible comenzar la búsqueda de bolos de la mejor calidad posible, recordando como se mencionó antes que las mejores condiciones de calidad se dan en cosechas de primer corte temprano. Si bien es cierto la comercialización de bolos no es escasa, lo que es complejo es acceder a buena calidad de estos (proteína mayor a 15%) que servirán para sostener la producción de leche, es por ello que se sugiere cumplir con que al menos el 60% de los forrajes conservados requeridos por rebaño sean de buena calidad (sobre 15% proteína) lo que es más factible con producción propia.

Contingentemente, también se puede evaluar la compra de otro tipo de alimentos, generalmente subproductos de la industria alimentaria que pueden llegar a ser competitivos en precio con la compra de bolos, sobre todo si se busca alimentos de mediana calidad.

Además del factor calidad, es sabido que el forraje conservado comprado es mas caro que el de producción propia. Si bien es cierto, la compra de forrajes puede ser parte de la estrategia predial para la lograr objetivos productivos, es importante abordar esta estrategia desde la mirada de un predio ya estabilizado que esta logrando utilidades que le permiten tener un flujo de caja para realizar estas compras y que a pesar de ello sigua teniendo la posibilidad de obtener utilidades que mantengan una empresa agrícola sostenible en el tiempo. En la tabla 3 se presenta una sensibilización económica de la compra de forraje Para la simplificación del cálculo se asumió mantener la producción anual de leche (rebaño de 100 vacas con producción individual de 6.000 litros), pero que probablemente en la medida que existe una mayor compra de forrajes la producción de leche también se vea afectada ya que se va haciendo más difícil lograr comprar forraje de buena calidad.

Finalmente, podemos decir que la compra de forraje conservado no es algo ajeno a la producción de leche, ya sea por malas jugadas climáticas o como una estrategia en etapa de transición en donde se esta invirtiendo en mejorar la producción de forrajes propios. Si existe una alta cantidad de forraje comprado es sugerible analizar esta situación con sus asesores, el concepto es mantener un equilibrio entre el gasto en compra de forrajes, inversión en forrajes propios, carga animal, producción de leche y finalmente los resultados económicos de la empresa. En este contexto, un buen desafío intrapredial es lograr cosechar la mayor parte del forraje conservado que requieren las vacas en ordeña, donde el valor objetivo sería conservar al menos el 60% del total de forraje conservado total requerido para el predio total (vacas + recria).

Tal vez no existe un numero mágico de cuanto forraje comprar de tal forma de generalizar, ya que esta situación varia en cada predio debido a las diferencias de sistema productivos (tipo de vacas, infraestructura, etc). y aquí volvemos al concepto inicial que seria de “agricultor a empresario”, en donde cada agricultor debe tomar la mejor decisión que favorezca los resultados económicos de su empresa.

Tabla 3: Sensibilización gasto en compra de forraje para un rebaño de 100 vacas 100% pastoreo. (valor hechura $20.000, valor compra $40.000, sin flete).

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