El agricultor es la persona que tiene por oficio trabajar y cultivar la tierra, teniendo en la agricultura su principal fuente de riqueza; mientras que el empresario es la persona física, o moral, que de un modo profesional, combina capital y trabajo con el objetivo de producir bienes y/o servicios para ofrecerlos en el mercado a fin de obtener beneficios económicos; es quien fija objetivos y toma decisiones estratégicas para llegar a las metas programadas; opera exitosamente en el mercado y alcanza buenos niveles de rentabilidad manejando la producción con visión y metas empresariales.
El emprendedor, en su sentido moderno, se entiende como quién comienza un negocio y lo gestiona, combinando factores de conocimiento, capital y trabajo; quién debería asumir riesgos e innovar.
El negocio agricultor ya no se concibe como aquel en el que el agricultor espera que su producción sea solicitada por el consumidor; por el contrario, se convierte en un hombre de negocios que toma decisiones, cuya producción tiene fines comerciales y, busca que los negocios agropecuarios sean similares a los que se desarrollaron en las ciudades. Todos estos requisitos requieren de un agricultor capacitado y motivado como la base de empresas agropecuarias exitosas y que deben ser capaces de lidiar con las fuerzas económicas y desarrollar métodos para determinar qué y cómo producir.
La importación de tecnologías ha permitido que este mercado funcione con mejores niveles de competencia, aumentando las eficiencias productivas de las empresas, tanto de la ganadería y agricultura, como de la mano de obra que participa en ellas. Los sistemas GPS y las herramientas de auto guía que se instalan en los sistemas de riego y en los tractores son grandes herramientas de trabajo. Ejemplo de estas tecnologías, es el poder accionar desde un lugar alejado un pivote de riego, un síntoma de la trasformación en la que está inmersa desde hace tiempo este sector. Elegir la cantidad de agua adecuada para el riego y hacer una planificación mensual de las necesidades, además de poder ver el tiempo y la humedad que tiene la tierra.
En el caso de la producción lechera, la ordeña robótica que permite no sólo bajar y simplificar el tiempo de trabajo, con alertas que permiten detectar enfermedades, celo, y problemas sanitarios; los collares que miden rumia y detectan celo, los software de gestión del rebaño, etc
Todos estos, entre otros, son aspectos tan importantes para la toma de decisiones que hemos dado un paso cualitativo en este sentido. Un tractor con tecnología es otra herramienta muy útil. Saber dónde se encuentra, los sensores te advierten de todo lo que pasa en la máquina a la hora de reparar, del mantenimiento, los mapas de rendimiento… Es una auténtica revolución que además hace más cómodo el trabajo y te permite disponer de más horas de tiempo libre.
Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) tienen un rol muy importante en la promoción del desarrollo territorial y económico, motivando la repoblación y revitalización de las áreas rurales. Por tanto, las personas de la ciudad ven la posibilidad de desarrollar negocios y mejorar su calidad de vida.
El cambio de agricultor a empresario se plasma en la toma de decisiones informadas, con información tanto interna de la empresa en particular como del medio y mercado en el cual está inserta. Los fines genéricos de cualquier tipo empresa son los siguientes:
- Dar un servicio a la sociedad: La agricultura fue la primera revolución tecnológica de la humanidad.
- Crear valor agregado: Creación de riquezas a través de la suma de esfuerzos con impacto hacia afuera y hacia adentro, donde hace sentido solo si se es diferente de los competidores y el cliente lo valora.
- Crear valor humano agregado: Desarrollo humano y profesional de sus miembros, logro de metas personales.
Para operar exitosamente en el mercado y alcanzar buenos niveles de rentabilidad hay que manejarse con visión y metas empresariales, y por tanto se debe tener la suficiente capacidad para descubrir las necesidades y las preferencias de los consumidores. En el cuadro 1 se reflejan las 3 preguntas claves que debe hacerse todo empresario.
Esta capacidad de gestión es clave para la sostenibilidad del negocio rural en un entorno de incertidumbre, dónde el individuo debe ser consciente de los cambios de contexto, en consecuencia ya no se trata de encontrar el sistema más productivo, sino de elegir entre una serie de estrategias que permiten un ingreso razonable.
La imagen que tenemos de nosotros mismos es la que normalmente utilizamos para marcarnos metas u objetivos y para definir lo que consideramos dentro de nuestras capacidades. En cierta medida, y en este sentido, cuando un agricultor no se considera a sí mismo como empresario, está autolimitándose, no sólo en lo que al corto plazo se refiere sino también en el largo plazo. Por ejemplo, alguien que no se considera empresario difícilmente se formará en habilidades relacionadas con la gestión.
Muchos agricultores tienen problemas para considerarse a sí mismos con el calificativo de empresario. Ser empresario no se relaciona al tamaño de la empresa, a que tenga que dedicar el 100% de su tiempo o a que tenga que ser una empresa rentable, un empresario puede perderlo todo, y no por ello pierde la condición de empresario, sólo la pierde cuando deja de perseverar en su empresa y baja los brazos.
Lograr una buena calidad de los productos es labor del empresario agrícola, pero también lo es organizar sus recursos productivos de la mejor forma posible para lograr que la producción sea lo más eficiente. Es decir, evaluar si necesita expandirse, tercerizar servicios, arriendo de activos para poder continuar, privilegiar la producción de un producto en desmedro de otro, etc.
Cuando se entiende esto, es mucho más fácil comprender la importancia de la innovación a nivel de las explotaciones, o la necesidad de adquirir conocimientos en gestión de empresas (contabilidad, finanzas, marketing, etc.). Y, cuando la sociedad también lo acepte, probablemente, el papel del agricultor se verá revalorizado para ocupar el sitio que realmente le corresponde como encargado primario del suministro de alimentos de calidad, gestores del medio ambiente y generadores de riqueza.
Se debe tener claro los siguientes puntos para un renacimiento agrícola en Chile y el mundo:
- • La humanidad necesita alimentos
- Ciencia y tecnología es fundamental
- Acceso a la información
- Experiencia
- Espíritu innovador
- Conciencia ecológica
- Conciencia social
- Ventajas competitivas
- Recursos naturales
- Talento
- Amor por la tierra y pasión por la producción.
En las próximas ediciones de Agrocolun abordaremos temas específicos que aportaran en la transición de agricultor (o productor) a empresario.
Referencias:
Francisco Arias y Gabriela Ribes-Giner, 2019. Evolución del papel del emprendedor rural: del agricultor subordinado del siglo XVIII al empresario rural actual