Primero que todo hay que decir que ¡SI SE PUEDE SER MAS EFICIENTE! Esto quiere decir que cada kilo de concentrado que, en escenarios ineficientes, de menor rentabilidad o extensivos nos da entre 0,8 y 1 litro de leche, se puede llevar hasta una eficiencia 1,7 litros de leche/kg considerando la lactancia completa. Esto ocurre en rebaños con buenas prácticas en sus manejos que a su vez tienen rentabilidades superiores al promedio.
Para lograr estos indicadores o mayores eficiencias los productores siguen o practican los siguientes trabajos sistemáticamente, después de la planificación de producción de forrajes, praderas y conservados obviamente, que es lo primero y fundamental.
1º Respecto a los forrajes conservados:
a) Identificar todo lo que está disponible, ya sea por fecha o número de corte, por tamaño o por ubicación.
b) Cuantificar de acuerdo a esa identificación de modo de llegar a estimar la materia seca disponible.
En el caso de los bolos la mayoría aporta al menos 190 kg de MS. Se usa como promedio 200 kg de MS. Existen algunos prestadores que llegan a embolar hasta 240 kg MS.
En el caso de parvas se recomienda cubicar (largo x ancho x altura promedio). El peso del metro cúbico varía según el grado de premarchitamiento del ensilaje. Una referencia puede ser 500 kg por m3 que vendría a equivaler a 190-200 kg MS/m3. Luego considere las pérdidas que por fermentación y manejo no son menores al 20%.
c) Programar los muestreos de los forrajes conservados haciendo la solicitud en su agencia comercial, si es que no trabaja con alguno de los profesionales de Agroservicios. Aproveche de postular al concurso de ensilajes de pradera para parvas y bolos en que tanto muestreo como análisis es gratuito.
d) Disponer de los análisis de los forrajes conservados para definir una planificación estratégica en el uso de ellos. Por ejemplo: lo mejor para cuando se tenga un peak de vacas en inicio de lactancia o menos disponibilidad de pradera. Definir cuáles serán los bolos especiales para preparto en caso de sólo usar bolos en ese lote y definir una sola dieta para un período.
2º Respecto al rebaño de vacas productivas:
Identificar las vacas con situaciones que las hacen menos productivas como:
- Cojera crónica
- Mastitis crónica, también conocidas como millonarias
- Altos días de lactancia
- Positivas a Paratuberculosis o Leucosis
- Tres e incluso 2 cuartos funcionales
- Duras en la sala de ordeña, las que se demoran en ser ordeñadas, característica de alta heredabilidad.
3º Respecto a las eliminaciones o muertes de vacas:
Identificar las principales causas que no permiten crecer u obligan a mantener una alta reposición para no achicar el rebaño, reconocer cuales serían los puntos a mejorar y proponerse acciones para superarlos. Por ejemplo: si usted maneja un lote de vacas cojas permanentemente ¿es normal realmente? En un caso así las causas de la cojera pueden ser varias, por lo que analice con sus asesores cual es la o las causas, por ejemplo: falta de despalme preventivo, problemas de acceso a la sala de ordeña, malos caminos, problemas de arreo, desbalances nutricionales, deficiencia mineral, acidosis agudas y/o crónicas.
Una auditoría diagnóstica es otra herramienta a la que se puede recurrir, ya que a veces las ramas no dejan ver el árbol, así la mirada de un profesional externo puede ayudarle a decidirse a hacer esa mejora para disminuir las eliminaciones o muertes de vacas no programadas.
Esta misma mirada puede aplicar para salud mamaria, reproducción y nutrición.
4º Control lechero mensual:
Esta práctica es fundamental para ser más eficientes en el uso del concentrado. Permite secar vacas que con su producción no pagan la comida que reciben, hacer lotes o cambiar vacas de lotes; adelantar secados de vacas preñadas, decidir venta de vacas de desecho o eliminación en el momento oportuno y desde el punto de vista del nutricionista definir la ración en base a eso.
Cuando hay grupos de vacas con cerca de 10 litros de diferencia entre sus promedios se justifica manejarlas nutricionalmente por separado. Por ejemplo, un caso real: una lechería con 470 vacas en ordeña manejadas como lote único, el rebaño completo promedia 28,5 l. Se hace el control lechero y las 100 vacas que están a secado en los próximos 50 días están con 19 litros, o sea, las 370 de mayor producción promedian 31 litros. Evidentemente se justifica hacer 2 lotes no sólo desde el punto de vista productivo. A ello podemos sumar disponibilidad y/o calidad de forrajes limitada que justifiquen con mayor razón hacer el esfuerzo de manejar 2 lotes. Por la salud ruminal de las vacas a secado es mejor disminuir gradualmente los suplementos y ayudarlas a secarse; en este caso, no se puede alimentar el rebaño para 28,5 litros si sabemos que hay un grupo importante que va a bajar su producción sólo por avance de preñez. En el grupo de 370 vacas con 31 litros debe haber muchas vacas con más de 35 litros que resultan muy perjudicadas con una ración que debería hacerse para 27 litros por avance de lactancia.
5º Proyectar vacas en ordeña:
Al menos se debería poder proyectar las vacas en ordeña de los próximos 6 meses con un alto grado de confiabilidad considerando los secados, los partos tanto de vacas como de vaquillas y las eliminaciones y muertes.
6º Individualizar correctamente cada potrero:
Tener clara la superficie y características de cada potrero permite realizar un buen manejo del pastoreo.
Con toda esta información recopilada podemos optimizar la formulación de raciones que deben ser monitoreadas con indicadores como promedio de leche (l/v/d), urea (mg/l), grasa (% y variación entre días) y proteína (%) semanalmente. La visita del nutricionista debería ser mensual para “atajar” goles. A veces todo está muy bien, pero uno de los ensilajes se va a acabar y se debe reformular.
Esperamos que con estas pautas pueda motivarse para obtener mejor conversión en el uso del suplemento concentrado.
Tenga presente que los profesionales de Agroservicios estamos atentos para atender sus consultas.
Acerca del autor(es)
Médico Veterinario
Área Nutrición Agroservicios
COLUN
