Considerando que nos encontramos en la época de más calor del año, creemos que es importante desde un punto de vista del bienestar del ganado, como también productivo, reconocer cuando una vaca lechera está sufriendo algún tipo de incomodidad y/o estrés producto de un exceso de calor ambiental. El objetivo de esta edición es recordar algunos conceptos previamente abordados sobre estrés calórico y adicionalmente, mencionar algunos manejos que se pueden implementar para mitigar la incomodidad que esta condición puede ocasionar. Los bovinos poseen una zona llamada de comfort térmico o zona termoneutral donde se desenvuelven en forma normal y pueden expresar su potencial productivo y reproductivo sin mayores problemas. Cuando los animales sobrepasan estos niveles y son expuestos a temperaturas extremas (bajas o altas), es cuando se manifiesta estrés. Esta zona de confort térmico se ha descrito para vacas en lactancia entre los 5 a 25 °C (Roenfeldt, 1998). Se describe que cuando los animales sobrepasan estos niveles y son expuestos a temperaturas extremas (bajas o altas), es cuando se manifiesta estrés. Adicionalmente es importante recordar que razas de ganado perteneciente al tipo Bos Taurus (al tipo que pertenece la masa ganadera chilena) son menos resistentes a climas tropicales o con altas temperaturas comparado con el tipo Bos Indicus. El estrés térmico per se trae consigo consecuencias negativas para el ganado,
sobre todo con relación a su bienestar y reproducción, pero también en términos productivos. Estudios al respecto señalan que una vaca de lechería está en problemas cuando la temperatura a la que está expuesta supera los 25°C con un 50% de humedad relativa (Tucker y col 2008; Roenfeldt, 1998). A consecuencia del estrés térmico los animales manifiestan elevados ritmos de respiración (jadeos) y temperatura rectal y por otro lado disminuyen el consumo de materia seca, la rumia y su actividad reproductiva (Kadzere y col 2002). Todo lo anterior en conjunto puede desencadenar una reducción en la producción de leche debido entre otras cosas a la disminución del flujo de sangre hacia la glándula mamaria (Cook y col, 2007) (diagrama 1).
DIAGRAMA 1. EFECTOS DEL ESTRÉS TÉRMICO EN VACAS LECHERAS
En cuanto a las pérdidas productivas, se ha reportado que la producción de leche permanece constante hasta que la temperatura alcanza aproximadamente 24°C, frente a alzas mayores, comienza una disminución en la producción (Ravagnolo y col 2000). Sin embargo, esta disminución va a depender no solo de la temperatura ambiental, sino también de la humedad relativa del aire.
En este sentido, por ejemplo, se ha encontrado la misma reducción en la producción de leche cuando los animales estuvieron expuestos a 32°C con un 30 % HR que a 26°C con 60% HR (Ravagnolo y col 2000). Junto con la disminución en la cantidad de leche producida, también se ha descrito que, bajo condiciones de estrés calórico, se puede afectar negativamente la cantidad de proteína y grasa de la leche. En un estudio que expuso bovinos Jersey a 15°C y 30° C (recibiendo en ambos casos la misma dieta), se produjo una disminución en la cantidad de grasa y proteína de la leche solo cuando los animales estuvieron expuestos a la mayor temperatura (Bandaranayaka y Holmes, 1976).
En este sentido, por ejemplo, se ha encontrado la misma reducción en la producción de leche cuando los animales estuvieron expuestos a 32°C con un 30 % HR que a 26°C con 60% HR (Ravagnolo y col 2000). Junto con la disminución en la cantidad de leche producida, también se ha descrito que, bajo condiciones de estrés calórico, se puede afectar negativamente la cantidad de proteína y grasa de la leche. En un estudio que expuso bovinos Jersey a 15°C y 30° C (recibiendo en ambos casos la misma dieta), se produjo una disminución en la cantidad de grasa y proteína de la leche solo cuando los animales estuvieron expuestos a la mayor temperatura (Bandaranayaka y Holmes, 1976).
En general, podemos decir que estos cambios en las condiciones climáticas afectan tanto la fisiología como el comportamiento del rebaño. En este sentido es importante recordar que el consumo de agua por parte del ganado aumenta considerablemente cuando la temperatura supera los 22°C, sobre todo en aquellos animales de alta producción del rebaño que tienen requerimientos de agua mayores, debido a que tienen rangos más rápidos de deshidratación(Kadzereycol2002).Conrespectoalconsumo de alimento, las vacas comienzan a disminuir el consumo de materia seca cuando la temperatura alcanza 25-26°C, disminuyendo rápidamente con temperaturas sobre 30°C (Kadzere y col 2002). En relación a los patrones de comportamiento diario de una vaca lechera, frente a una condición de estrés calórico, existe una disminución en el tiempo que los destinan a estar echados, en promedio de 3 horas (de 10.9 h/día a 7.9 h/día) cuando experimentan alzas considerables de temperatura ambiental (Cook y col, 2007) asociado a facilitar la pérdida de calor corporal. No debemos olvidar que la conducta de echado es una de las conductas prioritarias en las vacas lecheras (12 h/día en estabulación, 5.4 h/día en pastoreo). Cualquier alteración en esta conducta puede ser considerada como un factor de riesgo en la presentación de problemas podales, reducción en la producción entre otros.
Entre las respuestas más frecuentes de los animales al estrés térmico podemos mencionar:
- Aumento en la temperatura rectal
- Jadeo (Figura 1)
- Aumento en la producción de saliva (salivación)
• Disminución del consumo de materia seca y aumento en la ingesta de agua
• Disminución de la rumia
• Disminución en el tiempo de echado y tiempo destinado a pastoreo
• Disminución en la producción láctea.
• Ineficiencia reproductiva: fallas en la detección de celos y servicios infértiles.
FIGURA 1: VACA JADEANDO
ATENCIÓN:Debido al “jadeo” (eliminación de CO2) y “salivación” (eliminación de saliva) se reduce el efecto buffer en el rumen lo que puede aumentar el riesgo de acidosis ruminal.
RECOMENDACIONES GENERALES PARA DISMINUIR LOS EFECTOS DEL ESTRÉS POR CALOR
1.Uso De Sombra
Proveer de sombra a las vacas es una buena opción para mitigar el calor y con ello las pérdidas en la producción de leche (Tucker y col 2008). Idealmente con temperaturas sobre 24°C debemos proporcionar sombra a nuestros animales. Sin embargo, debemos tener ciertas consideraciones con respecto al sistema de sombra que vamos a utilizar (natural o artificial), el material que vamos a elegir en caso de que utilicemos sombra artificial (techo de malla, zinc), el lugar donde la vamos a ubicar, etc.. El material que elijamos es muy importante porque tiene una alta influencia en el microclima que se genere para el animal. También es importante tener en cuenta, la orientación de esta en el predio con el propósito de maximizar su uso.
1.1 Sombra natural por medio del uso de árboles.
La sombra natural producida por árboles es una excelente herramienta para reducir el exceso de calor. Además de ser un método barato, favorece la biodiversidad local. Sin embargo, esta herramienta puede variar en la habilidad de reducir la radiación solar, la velocidad del viento y la temperatura, dependiendo de la altura y densidad las especies que se utilicen (Tucker y col 2008). A pesar de ello, la presencia de árboles en el predio es siempre beneficiosa, en verano porque provee de sombra y protege a los animales de alzas inesperadas de temperatura y en invierno porque ayuda a proteger a los animales de excesivas pérdidas de calor, además de protegerlos del viento y lluvia. Para tener una idea de cuanto es lo requerido para unanimal,mencionaremoselejemplode“DairyAustralia” (organización australiana para productores lácteos), que recomienda a sus productores una disposición de 4m2 de sombra/vaca al medio día. Además, ellos recomiendan que los comederos y bebederos deben estar ubicados a unos 20 a 30 metros de distancia del lugar donde se encuentra la sombra para evitar presencia de fecas y orina y que reduzca las preferencias de las vacas (Dairy Australia, 2010).
1.2. Sombra artificial
Es una excelente alternativa a utilizar para controlar y reducir las alzas de temperatura en los animales. Su ventaja es que puede ser transportada y ubicada en diferentes sectores del predio, de acuerdo con la necesidad del ganado. Es recomendado principalmente para rebaños pequeño, principalmente por el alto costo y dependiendo del material que se utilice puede ser vulnerable a malas condiciones climáticas. El material del techo puede variar desde malla (a) hasta material sólido (b).
2.ASPERSORES Y/O VENTILADORES
Los aspersores de agua son un método efectivo que promueve la pérdida de calor a través de la evaporación. Puede utilizarse para reducir el calor en grandes grupos de animales a la vez. Su limitante radica en que se debe tener una adecuada fuente de agua y que se debe utilizar solo en lugares con baja humedad de lo contrario podría aumentar la carga de calor en los animales (Dairy Australia, 2010). Los ventiladores (b) también son un método efectivo para reducir la temperatura del aire, su principal desventaja se asocia al costo versus el beneficio. Son de gran utilidad en rebaños grandes con sistema productivo a estabulación.
3.MANEJOS
Los manejos realizados en el predio son siempre primordiales para asegurar un adecuado bienestar de mi ganado. En este caso simples manejos como mantener constantemente una fuente de agua fresca y limpia a disposición de los animales, localizar los bebederos y comederos bajo la sombra y cerca de los lugares de pastoreo. Son medidas básicas de alto impacto en el bienestar y en la producción del rebaño. En el caso de animales estabulados manejar una adecuada ventilación y flujo de aire del galpón también contribuye positivamente a enfriar el ambiente. Si usted posee una construcción antigua con mala ventilación, una alternativa puede ser la incorporación de ventiladores mecánicos que cumplan la misma función. Por último, es bueno chequear el clima con antelación y planificar el arreo y ordeño del rebaño en horas en que la temperatura y la humedad no estimulen la presentación de estrés por calor.
REFERENCIAS
Bandaranayaka, D.D., Holmes, C.W., 1976. Changes in the composition of milk and rumen contents in cows exposed to a high ambient temperature with controlled feeding. Trop. Anim. Health Prod. 8, 38–46
Cook, N. B., Mentink, R. L., Bennett, T. B., & Burgi, K. 2007. The effect of heat stress and lameness on time budgets of lactating dairy cows. Journal of Dairy Science, 90(4), 1674-1682.
Dairy Australia. Steve Little and Joanne Campbell .2010. Cool Cows Shade, sprinklers and fans on dairy farms.
Kadzere, C. T., Murphy, M. R., Silanikove, N., & Maltz, E. 2002. Heat stress in lactating dairy cows: a review. Livestock production science, 77(1), 59-91.
Ravagnolo, O., I. Misztal, and G. Hoogenboom. 2000. Genetic component of heat stress in dairy cattle, development of heat index function. J. Dairy Sci. 83:2120–2125.
Roenfeldt, S., 1998. You can’t afford to ignore heat stress. Dairy Manage. 35 (5), 6–12.
Tucker, C. B., Rogers, A. R., & Schütz, K. E. 2008. Effect of solar radiation on dairy cattle behaviour, use of shade and body temperature in a pasture-based system. Applied Animal Behaviour Science, 109(2).