En diversos artículos anteriores se han mencionado aspectos importantes en el éxito de un negocio lechero, por ejemplo, es esencial tener un plan estratégico a mediano y largo plazo que contemple un análisis interno de la empresa, sus recursos, capacidad productiva y aptitudes. A nivel administrativo es fundamental establecer metas las cuales deben ser ambiciosas pero realistas, además deben ser precisas y medibles. En este sentido, los indicadores son variables que intentan medir, en forma cuantitativa o cualitativa, sucesos ocurridos dentro de la empresa para así, poder respaldar acciones.
Todo esto se debe llevar a cabo a través de una administración que ofrezca un liderazgo que tenga claridad en los objetivos y que brinde apoyo a los colaboradores de la empresa.
Generalmente el líder del proyecto o empresa es quien suele establecer los indicadores relevantes a evaluar, y que son utilizados de manera frecuente para evaluar desempeño y resultados.
En lechería unos de los indicadores más relevantes es la carga animal y existe consenso en que este indicador influye determinantemente en los resultados de una explotación lechera, estando muy relacionada con el indicador de leche por hectárea y utilidad por hectárea.
La carga animal puede ser definida como la cantidad de animales que pueden ser mantenidos en una unidad de superficie de manera productiva y se expresa como UA/ha/año, siendo UA una unidad de medida llamada Unidad Animal que representa un bovino de 500 kg de peso.
La carga animal es dependiente de la cantidad de forrajes que es capaz de producir el predio y según diversas publicaciones de resultados los predios más rentables son aquellos que alcanzan mayores cargas animales en función a la cantidad de forrajes producidos al interior del predio, por lo tanto, debe existir un equilibrio entre la producción de forrajes y la cantidad de animales existentes.
En su gran mayoría los predios lecheros deben equilibrar la cantidad de vacas que participan de la producción de leche y la cantidad de vaquillas de reemplazo que permiten mantener el rebaño constante a través del tiempo, por tanto, la carga animal del predio debe considerar este factor de crianza de vaquillas al momento de plantearse objetivos de carga animal.
Para determinar los valores de carga animal del predio se consideró un valor de requerimiento de vaquillas de un 20% del rebaño al año (incluye vaquillas preñadas o encaste + vaquillas preencaste). También se consideró que una unidad animal en lactancia consume en Kg Materia Seca (MS)/dia el 3,5% de su peso, esto quiere decir que una vaca de 500 kilos en leche tiene un requerimiento de materia seca de 17,5 kilos/día, que incluye pastoreo, suplementación con forrajes conservados y concentrados (500 x 3,5%=17,5); y la unidad animal de reposición, al igual que la vaca seca consume en Kg MS/día el 2,5% de su peso vivo. Lo anterior nos da un consumo por vaca de 4.100 kilos de forraje (pastoreo y conservado) en el año completo, considerando que, en el periodo de lactancia de los 17,5 kilos MS de requerimiento diario, come 5 kilos kg de concentrado y 12 kg de MS de forraje en promedio, y en el periodo seco (60 días) consume 12 kg MS/dia, entre forrajes y concentrado.
Respecto a la producción de MS/ha se consideró un aprovechamiento del 80%. A modo de ejemplo, si tengo una producción por hectárea de 12.000 Kg MS con un 80% de aprovechamiento, quiere decir que dispongo de 9.600 kilos de MS para el consumo animal, y la carga animal total a sostener puede ser 2,45 UA/ha, de las cuales 1,74 UA serán de vacas destinadas a producir leche y 0,71 a vaquillas de reposición.
A modo de ejemplo, si consideramos un predio de 100 hectáreas que es capaz de producir 12.000 Kg MS/ha lograría sostener 174 UA lecheras más 71 UA en recría en las 100 hectáreas, lográndose 245 UA Total y si cada UA lechera produce por lactancia 6.000 litros de leche alcanzaría un rendimiento de leche por hectárea de 10.000 litros, sobre las 100 hectáreas totales, lo cual sería un valor objetivo para dicho indicador. Se considera este sistema de 100 hectáreas como un sistema cerrado, donde todos los forrajes se producen dentro del predio. Se pueden lograr cargas animales más altas, pero requiere la compra forrajes externos.
Uno de los conceptos más importantes es la eficiencia de utilización de los recursos forrajeros producidos en el predio y que por lo demás debiera ser una de primeras brechas a mejorar. Existen casos en que esta es menor al 60%, repercutiendo finalmente en la carga animal y por ende en el resultado económico del negocio lechero. Para alcanzar cargas animales altas, se debe manejar muy bien la eficiencia del pastoreo y rezagos para ensilajes, debido a que se refiere a una optimización de lo que se tiene. A continuación, se presenta el impacto que tiene un aumento del 10% en la eficiencia de utilización.
Otro factor que influye en la carga animal es la producción de Kg MS/ha, el cual se puede valorizar que por cada 1.000 Kg MS/ha extra es posible soportar 0,2 UA adicionales y siguiendo con el ejemplo de un predio de 100 hectáreas, este sería capaz de soportar 15 UA adicionales equivalentes a 90.000 litros de leche extras.
También se debe considerar como un factor importante el porcentaje de vaquillas requeridas para mantener estable el rebaño, ya que este factor influye sobre la cantidad de UA lecheras que se pueden sostener, el cual se puede valorizar que por cada 5% extra de vaquillas requeridas la UA lechera por hectárea baja en 0,13 unidades y continuando con el ejemplo de un predio de 100 hectáreas, este tendría 13 UA lecheras menos, equivalentes a 78.500 litros de leche menos y por otro lado tendría un mayor requerimiento de vaquillas, lo cual se ha mostrado en artículos anteriores, que el costo de reposición es uno de los mayores dentro de la estructura de costo del litro de leche. En este sentido el porcentaje de reposición no debiera superar el 25%, salvo predios en crecimiento y en procesos de renovación del rebaño.
Es importante estar evaluando constantemente las variables que afectan la carga animal, así como plantearse metas respecto a este indicador de acuerdo a las características del predio. Cada predio tiene su propia realidad desde infraestructura hasta el personal a cargo, sumado a las variables edafoclimáticas lo cual convierte a la ganadera y principalmente a la lechería, en un rubro muy dinámico con ajustes constantes, siendo una exigencia constante para la administración.
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