Optimizando el crecimiento de las praderas

La maximización de la tasa de crecimiento de las praderas no considera tan solo la fertilización y la disponibilidad de humedad (ej; precipitaciones, riego, etc), sino que también el manejo del pastoreo, y en particular el manejo de las reservas de carbohidratos para el rebrote y el manejo de la luz.

Comprender el comportamiento de las ballicas y su funcionamiento, permitirá realizar un manejo más adecuado de las praderas, optimizando su crecimiento.

La unidad estructural de las ballicas es el macollo, estructura conformada por un tallo ubicado a ras de suelo (en estado vegetativo), raíces, vainas y hojas. Es capaz de vivir perfectamente por sí sólo, sin embargo, comúnmente se encuentra conectado con otros macollos en las bases de las plantas. Los macollos y las hojas se originan del punto de crecimiento ubicado en el tallo de las plantas. Esta capacidad de producir nuevos macollos («nuevas plantas») es lo que le confiere la capacidad de persistir en el tiempo a las ballicas perennes.

Las plantas almacenan prácticamente todas sus reservas de carbohidratos en los primeros 4 a 5 cm, los cuales son necesarios para generar un rebrote vigoroso después de una defoliación. Posterior a un pastoreo o corte normal, la superficie de hojas fotosintéticamente activas es muy baja, por lo que el crecimiento de la primera hoja de rebrote se sustenta a partir de las reservas de carbohidratos antes mencionados. A su vez con una defoliación, parte de las raíces mueren, por lo que la planta queda con una menor capacidad de absorción de nutrientes y agua (aspecto muy importante en verano). Este es probablemente el punto crítico en el crecimiento de una pradera, ya que si ésta es pastoreada nuevamente, no hay una cantidad de carbohidratos de reserva suficiente para rebrotar vigorosamente. Si ésta situación se da una o más veces, se afectará cada vez más la producción de materia seca y persistencia de ésta pradera.

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Una vez que la primera hoja se encuentra completamente expandida, comienza a emerger la segunda hoja, y a su vez la reserva de carbohidratos comienza a ser restituida, así como también el crecimiento de las raíces.

Durante el transcurso del crecimiento de la segunda hoja comienza el proceso de generación nuevos macollos. En el momento en que la segunda hoja se encuentra totalmente expandida, los nuevos macollos aparecen y la reserva de carbohidratos se encuentra en niveles más elevados. A partir de este momento la pradera ya puede ser utilizada.

Con la tercera hoja ya expandida, las reservas de carbohidratos se encuentran totalmente restituidas. Con la aparición de la cuarta hoja la primera hoja de la ballica comienza a morir (se observa la senescencia en la punta de la hoja más vieja) y la tasa de crecimiento y acumulación de materia seca disminuye.

El otro aspecto que considera un buen manejo del pastoreo es el manejo de la luz. La luz y la temperatura estimulan la tasa de aparición de hojas, la cual puede ser de hasta 5 días en primavera; con temperatura óptima que va entre 22 y 25 ºC. Con ballicas de más de 3 hojas y/o bajo condiciones de sombrea miento hay una mayor senescencia y muerte de hojas.

Así mismo la luz estimula el macollamiento de la pradera (y la población de puntos de crecimiento en el trébol blanco), siendo el óptimo de temperatura asociado de 15 ºC. Es importante la frecuencia de pastoreo y la altura del residuo, dejando una altura tal que permita que la luz penetre a la base de las plantas y estimule el macollamiento y a su vez una frecuencia de pastoreo que evite un sombreamiento excesivo.

Residuos post-pastoreos muy altos pueden inducir la formación de macollos aéreos, ya que la luz no penetra a la base de las plantas. El problema de estos macollos aéreos es que no tienen raíces en el suelo por lo que posteriormente morirán sin aportar producción, disminuyendo la densidad de la pradera y transformándose en el primer paso para la degradación y pérdida de la pradera.

En general las praderas macollan todo el año, pero a distintos niveles, siendo los máximos en primavera y en otoño. Por esto la importancia de realizar un buen pastoreo en primavera, ya que los macollos generados en ésta época serán la base de la producción de mediados de primavera en adelante, verano y otoño.

Parte de los macollos producidos el otoño recién pasado florecerán y los restantes morirán en verano; por lo que la persistencia de la pradera en el tiempo se basará en la posibilidad de seguir macollando (Por lo general los macollos no viven más de 1 año).

Los macollos que pasen a estado reproductivo elevan su punto de crecimiento del tallo, y al ser cortados por pastoreo o por la acción de alguna máquina pierden su capacidad de rebrotar y mueren

Un dato adicional es que la fertilización con nitrógeno, fósforo y potasio incrementa la tasa de macollamiento y el tamaño de las hojas pero no la tasa de aparición de hojas.

Maximizando el uso eficiente de las praderas y el consumo animal

El manejo del pastoreo tiene como objetivos estimular la productividad y persistencia de la pradera, ser eficiente en el uso del forraje producido, mantener la calidad nutritiva de la pradera y alimentar adecuadamente al rebaño. No obstante la eficiencia de utilización es contraria a lograr un mayor consumo por animal, por lo que el objetivo final será lograr un equilibrio entre ambos.

A corto plazo el principal beneficio de realizar un buen pastoreo es controlar la oferta y consumo. A largo plazo se aumenta la producción de la pradera, con una mayor eficiencia de utilización, permitiendo aumentar la carga animal y por tanto la producción de leche por hectárea.

Distintos factores determinan el consumo de un animal en pastoreo; factores del animal, como tamaño, estado fisiológico, nivel de producción y alimentación previa; factores del ambiente como, temperatura, lluvia, viento y fotoperiodo; factores de la pradera como, disponibilidad, estructura y digestibilidad y factores de manejo como, presión de pastoreo y nivel y tipo de suplementación.

La altura de la pradera pastoreda tiene gran influencia en el consumo de materia seca del animal, además de la densidad y digestibilidad. Una menor altura de la pradera puede ser compensado en parte por un aumento limitado del tiempo de pastoreo, no obstante esta capacidad de compensación es limitada (especialmente de las vacas lecheras en producción), por lo que se debe llegar a un equilibrio que no limite la producción en exceso.

Desde el punto de vista del animal, la disponibilidad de pradera, es muy importante para optimizar el consumo de materia seca, entendiéndose por disponibilidad no sólo los kilos de materia seca por hectárea o el número de hojas, si no que relacionado a la densidad, altura y digestibilidad (estado fenológico) de la pradera.

Al usar plato (altura comprimida de pradera) para estimar disponibilidad de pradera, es imprescindible usar la fórmula que más se adecue a cada situación en particular, principalmente en cuanto a época del año (estado fenológico) y tipo de pradera (especies forrajeras presentes y densidad).

El ideal sería poder determinar las fórmulas para cada predio en particular, realizando mediciones por corte y pesaje, correlacionado con el valor de altura comprimida del plato y con una cantidad mínima de mediciones, que permitan obtener las ecuaciones correspondientes.

De lo contrario se sugiere utilizar las fórmulas obtenidas por el proyecto FIA «Mejores prácticas de pastoreo», adecuándose a la época del año, y a la especie forrajera. Es importante hacer hincapié en este último punto ya que no es lo mismo medir una pradera de ballica recién establecida a medir una pradera de ovillo, ya que por la forma de crecimiento en este último se sobre-estimará de forma importante la disponibilidad.

El año 2006 se publicaron los resultados del proyecto «Mejores prácticas de pastoreo», en el cual se presentan las curvas de ajuste para la estimación de disponibilidad de pradera, utilizando el plato medidor de forraje.

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Los resultados del proyecto demostraron que las ecuaciones neozelandesas sobreestiman en al menos un 33% la estimación de disponibilidad de pradera. Por lo que es necesario utilizar ecuaciones desarrolladas en nuestra realidad. En la siguiente tabla se presentan las ecuaciones desarrolladas en Valdivia, correspondiendo a praderas establecidas.

En la siguiente tabla se presentan las ecuaciones desarrolladas para Osorno, correspondiendo a praderas nuevas de ballica.AGROCOLUN | AGROCOLUN | Manejo del Pastoreo La Mejor Estrategia para Potenciar el Crecimiento de sus Praderas | Edición 13 | Edición 13

Como se mencionó anteriormente, para praderas de ballicas recién establecidas se sugiere utilizar las ecuaciones desarrolladas para la zona de Osorno y para praderas permanentes la utilización de las ecuaciones desarrolladas para Valdivia.

  • El manejo adecuado del pastoreo en primavera considera el estado de las plantas, más que una cierta disponibilidad estimada con plato.
  • Para ballicas de rotación (anuales, bianuales e híbridas) pastorear al producirse «el cierre de canopia» (cuando las puntas de las hojas se comienzan a botar), procurando que no florezcan desde mediados de primavera en adelante.
  • Para ballicas perennes pastorear en primavera al cierre de canopia o 2 – 2,5 hojas, lo que ocurra primero.

Bajo estos parámetros es esperable que en primavera los días de rotación entre pastoreos sean menos para ballicas de rotación que para ballicas perennes. Es importante no manejar de la misma forma praderas perennes y de rotación, se debe respetar los días de rotación para cada tipo de pradera en particular.

Esto se traduce en que el óptimo de pastoreo para ballicas se encontraría entre 2.000 y 2.600 kg de MS/ha, entre 14 y 25 días de rotación, y entre 15 y 20 cm de altura sin disturbar.

Un beneficio adicional de consumir la pradera en estos intervalos, es por la calidad nutricional, ya que en esos momentos el forraje tiene mayores niveles de energía, niveles de proteína no tan excesivos, menores niveles de potasio y mayores niveles de calcio.

A su vez el residuo esperado es de entre 4 y 6 cm de altura en lugares limpios y 12 cm de lugares con bostas.

En primavera se puede producir sobre el 50% de la producción anual, por lo que el manejo de los excesos es muy sensible. En general potreros con más de 2.800 kg de MS por ha debiesen ser destinados a corte para conservación de forraje.

Es necesario destacar que este tipo de manejo asociado al número de hojas es para ballicas ya que el comportamiento de otras gramíneas es distinto. Como se menciona en el párrafo anterior, la ballica puede mantener 3 hojas vivas a la vez, lo cual no condice necesariamente con el de otras gramíneas como se observa en la tabla 3.

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A su vez, el ovillo tiene la capacidad de crecer con dos hojas a la vez, pero a una tasa de crecimiento menor que el de las ballicas.

Todas las graminetas no tendrán necesariamente una tasa de aparición de hojas similar, por lo que los días de rotación entre pastoreos serán distintos.

Para mayor información, así como para la planificación y manejo de sus praderas y cultivos, no dude en acercarse al equipo de la Sub Gerencia de Insumos y Servicios a Cooperados de Colun.

Acerca del autor(es)

Ingeniero Agrónomo
Mg. Sc.
COLUN