La cuncunilla negra es una importante plaga en la región agrícola de Los Ríos y de Los Lagos, que afecta las praderas. Esta corresponde a las larvas de nocturnas o crepusculares de la familia Hepialidae. Las especies que causan más problemas en el sur de Chile son Dalaca chiliensis (Viette) y Dalaca pallens, estas especies afectan principalmente praderas naturales, praderas recién establecidas, alfalfa, cultivos anuales, plantaciones forestales y frutales menores. Los daños en las praderas son causados en el estado de larvas, consumiendo las hojas y estolones de las plantas forrajeras herbáceas, daño a nivel del cuello de las especies forrajeras. En casos extremos puede llegar a consumir la totalidad de la empastada, provocando un daño productivo y económico de gran envergadura. Ataques severos pueden dejar sectores con el suelo totalmente descubierto, disminuyendo la calidad futura de la pradera, al dar espacio a la aparición de malezas como consecuencia. Los mayores daños y pérdidas de forraje los causa en otoño e invierno.
CARACTERIZACIÓN DEL INSECTO
El insecto presenta una metamorfosis completa (estados de: huevo, larva, crisálida (o pupa) y adulto (figura 1). Los adultos son mariposas de vuelo principalmente crepuscular y nocturno, a lo que debe su nombre de mariposas fantasmas. De las 30 especies encontradas en el Cono Sur de América, 26 han sido detectadas en Chile. Sin embargo, solo algunas son de importancia para las praderas. En la macrozona sur (Los Ríos y Los Lagos), se reconocen tres especies: Dalaca pallens Bl., Dalaca variabilis Viette y Dalaca chiliensis Viette.

CICLO ESTACIONAL DEL INSECTO
Época de vuelo según tipos de mariposas fantasmas en
nuestra zona:
- – D. pallens: enero y marzo
- – D. viriabilis: abril a junio
- – D. chiliensis: enero a mayo
En estos períodos depositan grandes cantidades de pequeños huevos (1.000 a 2.000) sobre las praderas. De los huevos emergen pequeñas larvas blancas de 2 mm de largo. La duración del período embrionario dependerá de cada especie. Las larvas crecen hasta alcanzar un tamaño de 5 a 7 cm en un lapso de 9 a 10 meses, habitando sobre el suelo y túneles que cubre con seda. Al alcanzar su mayor crecimiento, la larva cesa de alimentarse e inicia su proceso de transformación, reduciéndose su tamaño a 2,5 y 3 cm, antes de alcanzar el estado de pupa al interior de su galería bajo el suelo. Luego de 30 a 45 días, y a través de movimientos abdominales, la pupa o crisálida alcanza la superficie y emerge la mariposa.

DAÑOS Y PÉRDIDAS
El daño producido es por corte y consumo de hojas basales, macollos, coronas y estolones de plantas forrajeras en otoño, invierno y principios de primavera. Se considera altas densidades de cuncunillas negras si exceden las 50 larvas/m2, pudiendo destruir totalmente una pradera en 30 a 60 días. Si la densidad es menor a 40 larvas/m2, pueden destruir parcialmente la pradera, con aparición de manchones sin plantas, levantamiento leve de suelo, y encontrando especies de hoja ancha de raíz pivotante.
Al valorizar los daños, estos dependerán del tipo de pradera y la intensidad del ataque. En general, se observan daños parciales en las praderas, bajando la producción, calidad de forraje y aparición de especies no deseadas. También se han reportado casos de pérdida absoluta de la pradera.

ÉPOCA DE ATAQUE
El inicio de ataque de las larvas es imperceptible, posterior a 30 días iniciado el vuelo, al eclosionar las larvas de D. pallens y 120 días para D. chilliensis.
D. pallens pasa inadvertida entre abril y mayo debido a su pequeño tamaño (0,6 a 1 cm). Entre mayo y junio el tamaño ya ha aumentado hasta 1,4 cm de largo, y se comienzan a ver los daños, tales como, hojas cortadas de color amarillo a nivel de cuello.
En julio y agosto ya miden entre 2 y 3 cm de largo. Ya se puede ver una reducción de la densidad de plantas en manchones irregulares y material vegetal muerto.
En agosto o septiembre, las larvas miden alrededor de 3 cm de largo.
Entre octubre y diciembre es la última fase del ataque, pudiendo observar larvas de más de 4 cm, las cuales han dejado túneles en el suelo.
CUÁNDO DETECTAR EL ATAQUE DE LA PLAGA
Para D. pallens, la época adecuada para la detección del ataque es en mayo y junio para las regiones de los Ríos y de Los Lagos, ya que se encontrará en estado larval a unos 4 cm de profundidad, con larvas de 0,5 a 1,5 cm de largo.
A medida que crecen las larvas profundizan, estas se encuentran cada vez más profundas, llegando a 10 cm en julio, 15 cm en agosto y hasta 20 cm en noviembre
Este comportamiento de la larva que incide en su detección variará según la zona, especies y vuelo estacional de las polillas fantasmas (Figura 3).
CONTROL
Actualmente podemos controlarla por vías:
- Control químico
- Control biológico
El control químico lo podemos realizar con los siguientes ingredientes activos:

La eficacia de los distintos pesticidas depende del subgrupo elegido, dosis y calidad de aplicación
La acción de las fenilureas se produce sobre la regulación del crecimiento de la cuncunilla negra, actuando sobre la síntesis de la quitina e interviniendo sobre el proceso de muda, por lo tanto, su respuesta es más lenta. El subgrupo 3A de los piretroides actúa sobre el sistema nervioso de la cuncunilla, siendo su respuesta insecticida rápida.
El control biológico ha tomado cada vez más relevancia como control natural, principalmente por el hongo entomopatógeno Beauveria bassiana, consiguiendo buenos resultados en el control de cuncunilla negra.
Los hongos entomopatógenos, se deben aplicar con días nublados (UV<6), y utilizar agua que no haya sido clorada.
CUÁNDO CONTROLAR LA PLAGA
En praderas de alto valor forrajero se debe controlar cuando la densidad de cuncunillas es igual o mayor a 50 larvas/m2. Para otras especies de alto valor forrajero, tales como, alfalfa, se debe considerar densidades menores de larvas para considerar algún tipo de control.
Lo principal es la detección temprana de la plaga, siendo mayo a junio lo ideal para un buen control. Julio es considerado época crítica y desde agosto en adelante es tardío.
CONSIDERACIONES A TENER PARA AUMENTAR LA EFICACIA DE LOS CONTROLES
Es común encontrar dosificaciones insuficientes debido a errores operativos (regulación de equipos, altura de barra, disposición y tipo de boquilla, filtros tapados, baja presión, velocidad de aplicación y volumen de agua). Otro error es aplicar con praderas con alto residuo de pasto, lo que impide una buena localización de insecticidas, asi como el uso de volúmenes menores a 100 l/ha de agua.
Es recomendable la revisión del equipo y la maquinaria, conocimiento del pronóstico de lluvias, y el pastoreo previo a la aplicación, para lograr una pradera uniforme y de bajo residuo.
Como siempre, cualquier consulta o duda al respecto de este tema, no dude en acercarse al equipo de profesionales de Agroservicios.