Qué es el Enriquecimiento Ambiental y Por Qué es Importante
El enriquecimiento ambiental consiste en modificar y mejorar el entorno donde se alojan los animales, con el objetivo de estimularlos para que expresen comportamientos naturales y esenciales para su bienestar.
En los sistemas productivos lecheros, los terneros se mantienen confinados para protegerlos de las condiciones externas (clima adverso, presencia de depredadores, entre otros), garantizar una alimentación controlada y facilitar la supervisión de su salud. Sin embargo, estos ambientes suelen ser relativamente estériles en cuanto a oportunidades para que los terneros manifiesten su amplio repertorio de conductas naturales. Esta falta de estímulos puede generar aburrimiento y frustración, lo que a su vez puede desencadenar conductas anormales como estereotipias, chupeteo excesivo o inactividad, además de afectar negativamente su desarrollo físico y mental.
El enriquecimiento ambiental actúa como un mitigador de estas conductas anormales, promoviendo la expresión de comportamientos naturales, aumentando la resiliencia al estrés, fortaleciendo la función inmune y favoreciendo el crecimiento saludable.
Se ha evidenciado que aquellos animales están mejor adaptados al sistema productivo una vez integrados al rebaño lechero, respondiendo mejor a los cambios y novedad, aprendiendo más rápido, lo que se traduce en beneficios productivos sostenidos en el tiempo.
Es importante precisar que el enriquecimiento ambiental no puede compensar un ambiente subóptimo. Es un complemento que puede implementarse solo después de asegurar que las necesidades básicas de alimentación, ambiente, salud y cuidados estén plenamente cubiertas.
Tipos de Enriquecimiento Ambiental
El enriquecimiento ambiental se clasifica en cinco categorías principales, según la función que se busca estimular (figura 1). No obstante, es importante señalar que muchos elementos de enriquecimiento cumplen con más de una función simultáneamente.
Ejemplos Prácticos de Enriquecimiento para Terneros
Entregar parte del heno en redes, pelotas, canastos o dispositivos que requieran esfuerzo para acceder: Además de aportar un estímulo nutricional, aporta también un desafío cognitivo y físico, ya que los terneros deben esforzarse para obtener el heno, lo que desarrolla sus habilidades cognitivas y prolonga el tiempo dedicado a la alimentación y el pastoreo, (figuras 2 y 3).
Cepillos fijos o móviles: Proporcionan estímulos físicos, sensoriales y sociales, permitiendo que los terneros se acicalen y socialicen entre ellos (figura 4).
Cuerdas, cadenas o anillos de goma: Estimulan la manipulación oral, la exploración y la interacción social entre los terneros (figura 5).
Cómo Diseñar un Programa Efectivo de Enriquecimiento Ambiental
Implementar un programa de enriquecimiento exitoso requiere planificación, observación y ajuste continuo. Los pasos clave son:
Evaluar las necesidades: Observar el comportamiento de los terneros y las limitaciones del sistema de alojamiento (individual o grupal, espacio disponible, rutinas de manejo). Identificar signos de aburrimiento, falta de actividad, o conductas anormales como lamido excesivo e incorporar elementos en base a los objetivos o necesidades identificadas.
Utilizar más de un ítem de enriquecimiento: Se ha visto que los programas de enriquecimiento con distintos tipos de objetos utilizados al mismo tiempo son más efectivos, pues los terneros tienen diferencias individuales en cuanto a preferencias por tipos de enriquecimiento.
Rotar los elementos: Cambiar o alternar los elementos de enriquecimiento periódicamente para mantener el interés. Por ejemplo, variar la ubicación de los objetos o limitar el uso de pelotas a uno o dos días por semana.
Monitorear resultados: Registrar cambios en el comportamiento (por ejemplo, reducción de lamido excesivo), salud y crecimiento (por ejemplo mayor actividad, consumo de alimento, ganancia de peso). Ajustar el programa según los resultados obtenidos.
Precauciones
El enriquecimiento debe ser seguro y bien gestionado para evitar riesgos:
Seguridad: Elegir objetos seguros, duraderos y fáciles de limpiar, como pelotas de goma, cepillos de cerdas naturales o redes para heno. Evitar materiales tóxicos o con bordes afilados. Asegurarse de que los materiales no puedan ser ingeridos o causar lesiones. Revisar frecuentemente el estado de los objetos y reemplazarlos en caso necesario.
Higiene: Implementar una rutina de limpieza. Los objetos manipulados oralmente por los terneros deben limpiarse frecuentemente.
Supervisión: Monitorear las interacciones de los terneros, para evitar competencia o agresiones. En caso necesario, aumentar la cantidad de objetos. El espacio debe permitir que terneros que están descansando no sean molestados o pisados por terneros interactuando con los objetos.
Adaptación al sistema: Considerar el tiempo del personal. Los elementos de enriquecimiento deben ser prácticos y fáciles de integrar en la rutina diaria.
Referencias
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