La alimentación de una vaca lechera es una de las principales necesidades que debe estar cubierta si queremos alcanzar su óptimo bienestar. Una buena nutrición, asegura no sólo una adecuada producción, sino que también una buena reproducción y en general buena salud para el individuo. Sin embargo, su éxito radica no sólo en el tipo de alimento suministrado (cantidad y calidad, acorde a los requerimientos fisiológicos de cada etapa), sino que también en conocer aspectos de conducta animal y los manejos que involucra este proceso. En este contexto es importante destacar que el consumo alimentario de una vaca está dado por su “conducta de alimentación”, la cual esta mediada por algunos aspectos a considerar como: donde, como y cuando la vaca va a comer la dieta entregada (Grant y Albright 1995). La clave es conocer en primer lugar el comportamiento natural de la especie, por ejemplo para las vacas, el tener acceso a la comida es más importante que la cantidad de nutrientes que se entregan en esa ración, por lo tanto debemos tener especial cuidado con la competencia espacial entre los animales para acceder al alimento, que a su vez depende del espacio suministrado, número de animales alimentándose y no menos importante de la jerarquía social que tenga ese individuo dentro del grupo. En un estudio donde se observó la conducta de alimentación con respecto al espacio suministrado por animal, se encontró, que cuando se aumenta de 50cm a 1metro de espacio de comedero por vaca, se redujo las agresiones entre los animales a la mitad, permitiendo además aumentar en un 24% su actividad de alimentación (DeVries y col 2004). Entender lo anterior y aplicarlo en los rebaños, es crucial para asegurar una buena producción, salud y bienestar.
Un aspecto importante a recordar es que la conducta de alimentación, no sólo incluye la ingestión de alimento y agua, sino también la conducta de rumia (Manteca 2006). Por lo tanto es fundamental asegurar dentro del rebaño un adecuado suministro de materia seca, agua suficiente de acuerdo a los requerimientos fisiológicos de los animales y un espacio necesario que les permita acceder a los recursos y realizar sus conductas prioritarias como rumiar.
En general una vaca lechera de alta producción puede comer sobre 25 kg de materia seca distribuidos a lo largo del día (Von keyserling y Weary 2010). En pastoreo destinan 3 a 5 h/día para alimentarse, con una frecuencia estimada de 9 a 14 veces/día en vacas de alta producción o de 7 a 9 veces/día en vacas de baja producción (De Vries y col, 2003). En general, las vacas se caracterizan por tener patrones alimenticios crepusculares con dos peks importantes: alrededor del amanecer y al atardecer (Shabi y col, 2005), sincronizando las actividades en el grupo. Sin embargo, la ingesta de alimento como tal puede estar influenciada por varios factores como: el clima, la edad de la vaca, la condición de sus dientes y el tipo de alimento (Albright 1993). Por otro lado, la ingesta y la rumia están muy influenciadas por eventos estresantes para el ganado. Es así, como Manteca (2006), describe los siguientes factores como los principales estresores en vacas lecheras y que se relacionan con la alteración de estas conductas:
- Estrés por calor.
- Presencia de insectos.
- Estrés social.
- Interacción con el ganadero.
- Dificultad para echarse con comodidad.
El conocer y observar rutinariamente la conducta de alimentación en vacas de lechería muchas veces puede ser utilizada como una herramienta a la hora de predecir la presencia de alguna patología, especialmente durante el periodo de transición de las vacas (etapa que se caracteriza por que los animales son vulnerables a sufrir desbalances metabólicos y/o enfermedades infecciosas).
Frente a la presencia de alguna enfermedad, las vacas reducen considerablemente el consumo de materia seca (figura 1), por ejemplo se ha visto que esto ocurre frente a una metritis, sobre todo si es una inflamación severa (Weary y col, 2009).
También se ha reportado disminución de consumo de alimento sobre 10 kg y 1.57 kg de materia fresca/día cuando las vacas presentan ketosis y problemas locomotores agudos respectivamente (González y col, 2008).
PUNTOS IMPORTANTES A CONSIDERAR EN EL MANEJO DE ALIMENTACIÓN:
Evitar la mezcla de animales: La mezcla de distintos grupos de animales es otro factor que puede afectar la conducta de alimentación y reducir el consumo de materia seca. Es así, como mezclar vaquillas con vacas no siempre es una buena estrategia de grupo, debido a que puedo afectar el consumo de materia seca y afectar el bienestar y la producción (Tabla 1).
Se debe tener especial cuidado con no mezclar animales en postparto temprano ya que son más débiles y no están en condiciones físicas para competir por alimento y/o agua. Un buen programa de transición recomienda mezclar las vaquillas de primer parto con vacas de baja producción, aproximadamente 3 semanas antes del parto hasta 3 o 4 semanas postparto (De Vries y col, 2001). Evitando así, la competencia por el alimento con las vacas más fuertes del rebaño. Otra opción, es agrupar vacas recién paridas como grupo aparte por 1 a 3 semanas postparto, con lo cual se asegura una dieta con los requerimientos adecuados para este periodo, reduciendo el riesgo de enfermedades metabólicas. Por último, si vamos a mezclar animales, no debemos olvidar que el rebaño tiene una jerarquía social del grupo y que generalmente se manifiesta en los comederos. Aquellas vacas de jerarquía más alta son las que van a tener mayor acceso al alimento y agua porque desplazan a las subordinadas o jerárquicamente inferiores. Estas últimas muchas veces deben esperar el momento adecuado para acceder a la comida, con lo cual se reduce el consumo de materia seca afectando su producción. La jerarquía o dominancia de un animal por sobre otro se relacionada con la edad del animal, el tamaño del cuerpo y el tiempo que lleve en el rebaño. Generalmente los dominantes son las vacas más grandes, las más viejas y de mayor producción láctea con requerimientos energéticos más altos.
Revisar la frecuencia de suministro del alimento en vacas estabuladas: Se ha visto que cuando se aumenta la frecuencia de alimentación de una a dos veces por día (figura 3a), las vacas aumentan en 10 minutos el tiempo que destinan a alimentarse.
Sin embargo, cuando el aumento es de 2 a 4 veces por día (figura 3b), el tiempo que destinan a la conducta de alimentación es aún mayor, invirtiendo en este caso 14 minutos más a alimentarse durante el día. Así se puede disminuir el tiempo que los animales permanecen esperando para acceder a la comida (De Vries y col, 2005).
PUNTOS IMPORTANTES QUE FAVORECEN LA CONDUCTA DE ALIMENTACIÓN:
- Dar un espacio lineal adecuado por vaca, lo que permite que todos los animales tengan acceso al alimento al mismo tiempo y reduce la conducta agresiva entre los animales.
- Aumentar la frecuencia de alimentación en estabulación o patio de alimentación, este simple manejo puede aumentar el tiempo que los animales destinan a alimentarse y hacer más eficiente el uso de los recursos.
- Evitar mezcla de vaquillas de primer parto con vacas. En el caso que sea estrictamente necesario, mezclar las vaquillas con las vacas de menor producción del rebaño.
- Nunca olvidar el agua ad-libitum.
- Evitar cualquier estrés innecesario.
Referencias:
DeVries T.J, M.A.G. von Keyserlingk, K.A. Beauchemin. 2003. Diurnal feeding pattern of lactating dairy cows. J. Dairy Sci., 86 (2003), pp. 4079-4082.
DeVries T.J, M.A.G. von Keyserlingk, D.M. Weary. 2004. Effect of feeding space on the inter-cow distance, aggression, and feeding behavior of free-stall housed Holstein dairy cows. J. Dairy Sci., 87 (2004), pp. 1432-1438.
Gonzalez, L. A., Tolkamp, B. J., Coffey, M. P., Ferret, A. and Kyriazakis, I. 2008. Changes in feeding behavior as possible indicators for the automatic monitoring of health disorders in dairy cows. J. Dairy Sci. 91: 10171028.
Grant, R. J. and Albright, J. L. 1995. Feeding-behavior and management factors during the transition period in dairycattle. J. Anim. Sci. 73: 27912803.
Grant R.J, J.L. Albright. 2001. Effect of animal grouping on feeding behavior and intake of dairy cattle. J. Dairy Sci., 84 (E. Suppl) (2001), pp. E156-E163.
Manteca Xavier. 2006. Comportamiento de alimentación del bovino lechero.Facultad de Veterinaria, Universitat Autònoma de Barcelona. Comportamiento de alimentación del bovino lechero* (produccion-animal.com.ar)
Shabi, Z., Murphy, M. R. and Moallem, U. 2005. Within-day feeding behavior of lactating dairy cows measured using a realtime control system. J. Dairy Sci. 88: 18481854
Von Keyserlingk, M. AG, and D. M. Weary. “Feeding behaviour of dairy cattle: Meaures and applications.” Canadian journal of animal science 90.3 (2010): 303-309.
Weary, D. M., Huzzey, J. M. and von Keyserlingk, M. A. G. 2009. Using behavior to predict and identify ill health in animals. J. Anim. Sci. 87: 770777