La biodiversidad, el aire, suelo y agua, así como otros recursos naturales, componen en su conjunto el capital natural que conforma el entorno: un depósito de activos ecosistémicos que sustentan la vida del planeta. Es precisamente esta compleja red de recursos la que proporciona resiliencia y los servicios críticos necesarios para el balance en la naturaleza, por ejemplo, mediante los ciclos del agua, la formación del suelo y la absorción de dióxido de carbono (CO2).

A pesar de su valor y de la alta dependencia de la economía mundial respecto de su estado, diversos estudios científicos han evidenciado cómo la actividad humana está erosionando el valor generado por el capital natural. A modo de ejemplo, la deforestación es responsable del 14% de las emisiones globales de carbono, lo que incide en la intensidad del cambio climático y aumenta la frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos (Friedlingstein et al., 2019). De la misma forma, la fragmentación de los ecosistemas y la pérdida de hábitats han provocado en promedio una disminución de dos tercios de la vida silvestre global en los últimos 50 años (Almond et al. 2020). Sin ir más lejos, la pérdida de biodiversidad se encuentra entre los tres riesgos más severos identificados por el Foro Económico Mundial para la próxima década (WEF, 2022). 

Ante este escenario, resulta trascendental comprender las características de nuestro sistema local y conocer el valor que representa la biodiversidad en las Regiones de Los Ríos y Los Lagos; difundir sus particularidades y por último comprender la importancia de la conservación como una herramienta para la resiliencia climática. Para estos fines, nos centraremos en los bosques. 

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LOS BOSQUES Y SUS CARACTERÍSTICAS REGIONALES

La Ley N° 20.283 sobre Recuperación del bosque nativo y fomento forestal define en su Artículo 2° al bosque como un “sitio poblado con formaciones vegetales en las que predominan árboles y que ocupa una superficie de por lo menos 5.000 metros cuadrados, con un ancho mínimo de 40 metros, con cobertura de copa arbórea que supere el 10% de dicha superficie total en condiciones áridas y semiáridas y el 25% en circunstancias más favorables”. A modo de contextualizar y traducir esta definición en un valor concreto, la superficie cubierta de bosques en nuestro país alcanza 180.307 km2, representando el 23,8% del territorio nacional continental (CONAF, 2021).

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Enfocándonos en nuestro entorno, las Regiones de Los Ríos y Los Lagos ostentan una superficie total de 18.429 km2 y 48.583 km2, respectivamente, representando en conjunto el 8,8% de la superficie de Chile continental. Resulta crucial reflexionar ante estas cifras tomando en cuenta que el principal uso de suelo en ambas regiones corresponde a bosque; alcanzando aproximadamente el 60% de las superficies regionales y superando con creces a las siguientes categorías, según se resume en el Cuadro 1. Es evidente entonces que Los Ríos y Los Lagos se caractericen por sus paisajes, bosques, lagos y ríos, los que son altamente dependientes del clima y a la vez entregan un valor clave para la actividad económica que se desarrolla en la zona. Prueba de aquello es la participación que el rubro agropecuario-silvícola exhibe en el producto interno bruto de estas regiones, en particular en la Región de Los Ríos donde representa el 11,7% del PIB regional en base a la extracción de maderas y al procesamiento de celulosa (ODEPA, 2021). 

Cuadro 1: Distribución de los principales usos de suelo de las Regiones de Los Ríos y Los Lagos. Adaptado de MMA (2021).

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El clima en ambas regiones es templado lluvioso, con un régimen de precipitaciones distribuidas a lo largo del año e influenciado según la presencia de la Cordillera de la Costa y de los Andes. Estas condiciones convierten al bosque templado lluvioso y la selva valdiviana en la vegetación dominante: el primero extendiéndose hacia la Cordillera de Los Andes con especies como roble, raulí y coihue; y la segunda con su densidad característica y especies que incluyen al alerce, canelo, y ulmo, entre otros. La Región de Los Ríos, en particular, presenta considerables extensiones de oscuros bosques de olivillo costero, alerzales y bosques de araucarias milenarias; los que en conjunto con impenetrables bosques siempreverdes componen uno de los ecosistemas de mayor capital natural en el mundo. Análogamente, la Región de Los Lagos destaca por los imponentes bosques de alerce milenario, los bosques de lenga cercanos al río Palena, o la diversa e imponente biodiversidad presente en la reserva de la biosfera “Bosques templados lluviosos de los Andes australes”, considerada de gran importancia a nivel global (BCN, 2022).

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Figura 2: Vista panorámica al Lago Ranco desde los bosques de lenga en otoño, en la Reserva de la biosfera “Bosques templados lluviosos de los Andes australes”. Fuente propia.

Siguiendo con las definiciones de la Ley N° 20.283, el bosque nativo es aquel “formado por especies autóctonas, provenientes de generación natural, regeneración natural, o plantación bajo dosel con las mismas especies existentes en el área de distribución original, que pueden tener presencia accidental de especies exóticas distribuidas al azar”. Las plantaciones forestales, por otra parte, corresponden a aquellos bosques que se han originado a través de la plantación de árboles de una misma especie o combinaciones con otras, efectuadas por el ser humano. 

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Así, y en base al catastro oficial de CONAF (2021), las regiones analizadas en conjunto ostentan un área de bosque nativo estimada en 37.359 km2 y una cantidad de árboles bajo inventario superior a los 3.700 millones; cifras impresionantes que se traducen en el 26% de la superficie de bosque nativo total del país. Su distribución en relación a los territorios se ilustra en la Figura 3, resaltando la presencia de bosques autóctonos por sobre las plantaciones forestales. Esto representa un aspecto crucial en este ámbito y es que existen diferencias en cuanto al aporte ecológico que realizan los bosques nativos frente al que podrían otorgar las plantaciones forestales con especies exóticas. En este contexto, los bosques nativos – y la vegetación autóctona en general – poseen un rol fundamental al proveer mayores beneficios ecosistémicos por medio de la protección de los suelos, la regulación de los ciclos del agua, la captura y almacenamiento de CO2, y la conservación de la biodiversidad, por nombrar algunos; proporcionando además un importante valor paisajístico y cultural que permite el desarrollo de actividades recreacionales y emprendimientos turísticos (CR2, 2019 & 2020).

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Figura 3: Representación de las coberturas de bosque nativo y plantaciones forestales para las Regiones de Los Ríos (arriba) y Los Lagos (abajo). Adaptado de Instituto Forestal, MINAGRI (2020).

La edición N°54 de la presente publicación contiene un análisis de los tipos forestales nativos presentes en nuestras regiones y como éstos se distribuyen de acuerdo a las extensiones regionales. A modo de resumen, en la Región de Los Lagos – donde comparativamente se encuentra la mayor parte de la cobertura autóctona – destaca el bosque nativo siempreverde y en especial el alerce, concentrando el 92,1% de la superficie nacional de esta especie. La Región de Los Ríos no se queda atrás y ostenta el 41,8% del bosque de Coihue – Raulí – Tepa y el 13,4% del bosque de Roble – Raulí – Coihue a nivel nacional. Parte de estas especies nativas se encuentran amparadas en las áreas silvestres protegidas como espacios naturales de importancia y que están bajo la administración del Estado para su conservación, resumidos a continuación en el Cuadro 2. 

Cuadro 2: Sitios pertenecientes al Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE) en las Regiones de Los Ríos y Los Lagos. Adaptado de CONAF (2020).

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VULNERABILIDAD Y BUENAS PRÁCTICAS

Las regiones de Los Ríos y Los Lagos y sus características ecosistémicas son altamente dependientes del clima, razón por la que existen una serie de desafíos relacionados con los peligros provenientes del clima en el futuro. Hasta la fecha, sin embargo, la presión de actividades antrópicas ha sido uno de los principales factores de la disminución de la superficie de bosques en ambas regiones, generando secuelas negativas para la conservación de la biodiversidad que en ellos existe. Son variadas las especies que a nivel de ambas regiones se encuentran en condición de amenazadas, tanto de flora como de fauna, destacando el alerce cuya condición (en peligro de extinción) se protege a través de una fuerte legislación que prohíbe su extracción (CONAF, 2020).

Parte de las respuestas a la situación descrita se concentran en la Estrategia Nacional de Cambio Climático y Recursos Vegetacionales (2017) y en los respectivos Planes de acción regional de cambio climático propuestos en 2021, cuyos procesos de consulta ciudadana finalizaron en los primeros meses de este año. Dichas propuestas identifican a las inundaciones, sequías e incendios forestales como los principales impactos del cambio climático en el futuro para ambas regiones; siendo los bosques reconocidos tanto como áreas susceptibles de ser afectadas como fuentes capaces de disminuir los efectos del calentamiento global (MMA, 2021). Para exhibir la vulnerabilidad de los bosques en nuestras regiones, la Figura 4 ilustra a modo de ejemplo el riesgo de pérdida de diversidad de flora producto del cambio futuro en la precipitación promedio anual. 

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l riesgo que implican los impactos futuros plantean la necesidad de realizar una gestión oportuna de los bosques, prevenir los incendios forestales, frenar la deforestación y manejar las superficies de bosque nativo desde una perspectiva sostenible; para ello se presentan a continuación tres buenas prácticas para un control efectivo (PNUD, 2018).

1. Protección de las áreas situadas en los bordes de los cursos de agua superficiales (ríos, riachuelos, esteros, lagos, etc.), utilizando primero especies nativas de árboles que toleren el anegamiento y evitando su explotación. Luego de éstas, se recomienda establecer especies nativas pioneras o aquellas de rápido crecimiento, pudiendo realizar un manejo para el uso adecuado de sus productos. Finalmente, se debe establecer una zona de herbáceas que hagan el rol de filtro de sedimentos, pesticidas y fertilizantes.

2. Mantener la conectividad entre los bosques permitiendo el correcto desplazamiento de animales, insectos y semillas. Para ello, se recomienda establecer “corredores biológicos” entre parches de bosques que están aislados, los que pueden consistir en un cerco vivo o una zona baja, permitiendo el crecimiento de la vegetación y evitando el ramoneo del ganado.

3. Recuperación de bosques degradados implementando estructuras empalizadas y técnicas para el control de la erosión, plantación de especies arbóreas, arbustivas y herbáceas para enriquecer el 

suelo, y exclusión del ganado y fauna dañina de zonas en reparación. Para un bosque siempreverde, por ejemplo, se recomiendan especies con bajo requerimiento de agua y nutrientes, como puede ser el coihue, murta o maqui, entre otros.  

Reflexión

La biodiversidad es de gran importancia para el desarrollo sostenible de las sociedades, tanto por su valor intrínseco como por sus aportes económicos, ecológicos, recreativos, culturales y científicos. Toda pérdida o deterioro en la condición de la biodiversidad puede comprometer el balance ecosistémico y generar condiciones adversas para el medio ambiente, la humanidad y la actividad económica. Los bosques nativos son parte fundamental de este entramado biológico, y en particular, representan una fracción importante del capital natural y cultural de las Regiones de Los Ríos y Los Lagos. Las acciones orientadas a promover la conservación de las especies nativas conllevan una serie de beneficios, favoreciendo el equilibrio de los bienes y servicios que generan, y conduciendo hacia el desarrollo de medidas de mitigación y adaptación a los impactos venideros. La invitación es entonces a conocer y valorar estos beneficios e incorporarlos en el largo plazo, fomentado la existencia de un mosaico saludable de usos de suelo, creciendo y al mismo tiempo, conservando nuestro entorno.

Referencias

Almond, R., Grooten, M. & Peterse, T. (2020). Living planet report – Bending the curve of biodiversity loss. Disponible en https://www.zsl.org/sites/default/files/LPR%202020%20Full%20report.pdf (Consultado el 11 de Abril de 2022).

 

Biblioteca del Congreso Nacional de Chile. (2022). Clima y vegetación: Región de Los Ríos y Región de Los Lagos. Disponible en https://www.bcn.cl/siit/nuestropais/region14/clima.htm (Consultado el 06 de Abril de 2020).

Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2). (2019). El impacto del bosque nativo y las plantaciones forestales en el suministro de agua en Chile. Disponible en https://www.cr2.cl/policy-brief-cr2-el-impacto-del-bosque-nativo-y-las-plantaciones-forestales-en-el-suministro-de-agua-en-chile/ (Consultado el 20 de Abril de 2020).

Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2). (2020). Las razones científicas para evitar cambiar bosques nativos por plantaciones agrícolas. Disponible en https://www.cr2.cl/las-razones-cientificas-para-evitar-cambiar-bosques-nativos-por-plantaciones-agricolas-diario-financiero/ (Consultado el 20 de Abril de 2020).

Corporación Nacional Forestal (CONAF). (2020). Sistema de información territorial (SIT) Región de Los Ríos y Región de Los Lagos. Disponible en https://sit.conaf.cl/ (Consultado el 06 de Abril de 2022). 

Corporación Nacional Forestal (CONAF). (2021). Bosques en Chile. Disponible en https://www.conaf.cl/nuestros-bosques/bosques-en-chile/ (Consultado el 20 de Abril de 2022). 

Foro Económico Mundial (WEF). (2022). Informe de riesgos globales 2022. Disponible en https://www3.weforum.org/docs/WEF_The_Global_Risks_Report_2022.pdf (Consultado el 11 de Abril de 2022). 

Friedlingsteing, P. et al. (2019). Global carbon budget 2019. Disponible en https://essd.copernicus.org/articles/11/1783/2019/ (Consultado el 11 de Abril de 2022).

Ministerio de Agricultura (MINAGRI). (2020). Información regional del Instituto Forestal. Disponible en https://ifn.infor.cl/index.php/informacion-regional (Consultado el 20 de Abril de 2022).

Ministerio de Medio Ambiente (MMA). (2020). Atlas de riesgos climáticos: Pérdida de flora por cambios de precipitación. Disponible en https://arclim.mma.gob.cl/atlas/view/biodiversidad_flora_precip/ (Consultado el 06 de Abril de 2022).

Ministerio de Medio Ambiente (MMA). (2021). Propuestas de plan de acción regional de cambio climático (Los Ríos y Los Lagos). Disponible en https://consultasciudadanas.mma.gob.cl/storage/consultation/GZmNzz7b0CjE3rGPQSkz0H0jF7uSfPG4FyPm8uhk.pdf (Consultado el 06 de Abril de 2022).

Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA). (2022). Región de Los Ríos y Región de Los Lagos, actualización marzo 2022. Disponible en https://www.odepa.gob.cl/estadisticas-del-sector/ficha-nacional-y-regionales (Consultado el 06 de Abril de 2022).

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). (2018). Manejo sustentable del bosque nativo. Disponible en https://www.cl.undp.org/content/chile/es/home/library/environment_energy/guias-campesinas/manejo-sustentable-del-bosque-nativo.html (Consultado el 12 de Abril de 2022).

Acerca del autor(es)

Ingeniero de Sostenibilidad y Control
Gerencia Calidad y Medio Ambiente
Colun