El establecimiento de praderas no siempre es una decisión fácil, ya que involucra una serie de consideraciones de tipo técnico tales como potrero, objetivo, especie, tipo de siembra etc. E involucra además el aspecto económico, dado que no es un proceso barato, más aún cuando a veces nos jugamos la alimentación de nuestro rebaño lechero. Es por ello que tenemos que ser cuidadosos al tomar esta decisión, ya que hay factores que muchas veces escapan a nuestro control, tales como, clima, disponibilidad de insumos, maquinaria etc. Cobra mucha importancia entonces que, a nuestro nuevo cultivo, se le brinden las mejores posibilidades.
Existen básicamente 2 épocas definidas de establecimiento; otoño y primavera, las cuales brindan oportunidades y desafíos, dependiendo de: la ubicación geográfica, clima, balance forrajero, flujo financiero, por nombrar algunas. El establecimiento de otoño se relaciona con zonas más concentradas del llano central hacia la costa por las mejores condiciones de temperatura, y pluviometría; y en la zona central a precordillerana, son más comunes las siembras de primavera, que no solo genera las condiciones óptimas de crecimiento y desarrollo para el cultivo, también las hace propicias para el crecimiento de malezas.
Teniendo solucionado problemas de fertilidad y /o mejoramiento de limitaciones del suelo importante y habiendo definido la especie y variedad a establecer, debemos poner el foco en que esta nueva pradera cuente con todas las condiciones que le permita crecer en forma vigorosa y libre de competencia.
Para que el resultado final resulte satisfactorio, la elección del potrero y la forma del efectuar la siembra son cruciales. Para evitar la competencia de malezas, se debe realizar un control previo con Glifosato (Roundup Full, Panzer Gold, Glifos 480, Aquiles, etc), teniendo presente la concentración de cada producto comercial para que no sea menor a 2kg o Lt de ingrediente activo por hectárea y dependiendo del tipo de malezas y/ o grado de infestación, poder adicionar algún otro producto, el cual no debe presentar incompatibilidad en la mezcla o algún efecto residual suficiente que perjudique el establecimiento del cultivo. Es por ello que en inicios de primavera (julio-septiembre) se debe realizar con una antelación de al menos 12-20 días para que el producto se trasloque o movilice dentro de la planta, pudiendo este período acortarse en hasta 3-4 días con condiciones de temperatura y luminosidad favorables (octubre- noviembre).
La idea principal es eliminar las plantas que se encuentran en desarrollo sobre la superficie; esto también se logra iniciando la preparación de suelos con la suficiente antelación, mediante el paso de rastras como control mecánico y con la rotación de cultivos como control cultural.
Los establecimientos pueden ser a través del uso de regeneradora de praderas, lo que limitará el movimiento Alejandro Knopel Jaramillo Ingeniero Agronomo Asesor Agronómico Agroservicios Colun [email protected] de suelos y de cierta forma disminuirá la presión ejercida por el banco de semillas presentes en el suelo. Al ser establecimientos con mínima labranza (rototiller o rotofresadora, siembra rollo) o tradicional (rastra offset, vibrocultivador siembra rollo) (independiente sea al voleo o distribuida en el surco) se mueven y liberan aquellas semillas que estaban en el suelo, esto puede ser controlado de alguna manera si se invierte el perfil del suelo con arados, lo cual es discutible ya que pudiera alterar la distribución de la fertilidad del suelo. Hay que tener presente el historial del suelo, por ejemplo si es un suelo que se anega o inunda puede salir duraznillo, si proviene de una rotación de crucíferas pueden presentarse problemas con yuyo o rábano o incluso si ha sido un potrero de sacrifico donde se han alimentado los animales con pasto seco pueden incluir otras malezas de hoja ancha que provengan de la cosecha del pasto, por ejemplo margarita, manzanillón, romaza, diente de león o siete venas.
Dependiendo de la especie escogida; gramíneas (ballica, pasto ovillo, festuca, principalmente) o leguminosas (trébol rosado o alfalfas) o praderas mixtas (gramíneas más trébol blanco y o rosado) se debe establecer la época, momento y productos a utilizar. Cabe señalar que lo primordial es atacar a las malezas y liberar al cultivo antes del período de interferencia en donde se realizan las mayores competencias por fertilizantes agua luz y espacio y compatibilizarlos con las ventanas donde los productos no causan daño al cultivo y sí a las malezas. Lo anterior es, a veces, difícil de compatibilizar, por las características propias de los químicos y de las especies involucradas.
Praderas de gramíneas: Estas son tal vez las menos complicadas para el control, ya que sólo se deben escoger productos químicos que no afecten a la planta en un estado de desarrollo temprano, (2-3 hojas con 5 a 10 cm de alto) dependiendo de las malezas presentes, es el herbicida o mezcla de ellos a utilizar.
Praderas Mixtas, Gramíneas+Tréboles: En este caso la disponibilidad de productos es menor, importando fuertemente no causar fitotoxicidad a las leguminosas, teniendo como base de aplicación que estas se encuentren en un estado de tres hojas verdaderas, para así no afectarlas mayormente. Como se mencionó previamente es muy difícil compatibilizar los tiempos ya que el desarrollo de las especies forrajeras es diferente, al igual que el sinnúmero de malezas que puedan estar emergiendo.
Praderas de Leguminosas puras: Las siembras de leguminosas puras se refieren fundamentalmente a aquellas correspondientes a Tréboles rosados y Alfalfas, siendo estas últimas establecidas prácticamente sólo en primavera. En general son plantas de más lento establecimiento y que compiten muy mal con las malezas en sus estados iniciales, pero cuando están arraigadas cubren todo el suelo y por su hábito de crecimiento y utilización, impiden el desarrollo de malezas bajo ellas.
A continuación en el siguiente cuadro se muestran los distintos productos comerciales y sus respectivas aplicaciones.
Comentarios finales y recomendaciones:
- Trate de prevenir al máximo la aparición de malezas, con una adecuada planificación (control químico, preparación anticipada de suelos, labores culturales). Para ampliar el control de algunas malezas, le indicamos algunas mezclas de las más usadas y que amplían el espectro de control.
- No aplique los productos en condiciones de stress del cultivo, ya sea por temperatura (frío o calor excesivo) ni suelos con exceso de agua. Utilice un volumen de agua adecuado para un óptimo control, en fumigaciones terrestres ya sea con tractor o con bomba de espalda.
- Utilice entre 140-200 litros de agua en la solución/ ha. Verifique la compatibilidad de los productos en mezclas.
- Siempre tome todas las medidas de seguridad para manipular y aplicar los productos químicos. Exija que siempre sea una persona que cuente con el curso de manipulador y aplicador de fitosanitarios. Lave el equipo antes y después de la aplicación si desconoce que producto se utilizó antes.
- Proteja siempre el medio ambiente, no vierta restos ni residuos cerca o en cursos de agua adyacentes. Haga siempre el triple lavado de envases, perfórelos y hágalos llegar a un centro de recolección o reciclaje. (la Cooperativa cuenta con uno en la bodega del Cruce de Los Tambores).
- Ante cualquier duda o consulta llame a su asesor quien siempre estará disponible para aclarar sus dudas y hacer la recomendación más adecuada para cada situación. No use las “recetas” de su amigo o vecino.