El bienestar animal es una temática que como hemos visto a lo largo del tiempo llegó para quedarse. Su fuerte impacto nos ha hecho reflexionar en varios aspectos, principalmente sobre como llevamos a cabo las prácticas y procesos productivos con animales y como estos pueden afectar en menor o mayor medida el bienestar y productividad de nuestro rebaño, así como también la calidad ética del producto final.
Es importante reflexionar también acerca de que la gran mayoría de las decisiones y los manejos realizados con animales están influenciados por la percepción y actitud que tiene el encargado y/o productor del rebaño y que impactan el bienestar del grupo. En este sentido, es relevante conocer y entender cuál es la percepción general que tienen los productores sobre esta temática y como ha evolucionado en el tiempo. Un ingrediente adicional a considerar en la toma de decisiones, es la presión que los consumidores actuales ejercen sobre el control y mantenimiento de estándares de bienestar en todos los sistemas que producen alimentos de origen animal y que han sido los principales responsables de los cambios que se han hecho al respecto. No podemos dejar de lado el rol que los productores le asignan a los veterinarios a quién en gran parte se le atribuyen las decisiones sobre manejo sanitario y salud del rebaño y que por lo tanto también tienen un impacto importante en el bienestar del grupo (Wolf y col., 2016).
BIENESTAR ANIMAL DESDE LA PERSPECTIVA DEL PRODUCTOR
Si bien el universo de productores es muy variado y está muchas veces relacionado a patrones culturales y sociales, existe similitud en ciertos procesos y formas de actuar. Los productores han ido tomando conciencia de la relación entre el bienestar animal, la productividad y la calidad de la producción, aunque no se ha desarrollado una opinión masiva. Por otra parte, el bienestar se asocia a las exigencias de los países importadores y sin tener precisión hoy es un tema que genera, a lo menos, inquietud (Stuardo y col., 2005).
En general, algunos autores describen que la preocupación del bienestar animal por parte de los productores y/ o responsables de los animales está orientada a la producción. Sin embargo, también hay otros que señalan que los productores han evolucionado considerablemente en su percepción y que hoy tienen una amplia visión sobre el bienestar animal dando importancia a cómo los animales se sienten (Summer y col, 2018). Cuando hablamos por ejemplo de las preocupaciones que tienen los productores sobre su rebaño, se han identificado 3 grandes grupos:
- Preocupación sobre enfermedades
- Preocupación sobre manejo del dolor
- Preocupación sobre costos económicos asociados
En relación a la preocupación por las enfermedades, los productores incluyen no sólo al grupo de vacas en lactancia, sino también a los problemas que pueda ocasionar el manejo de terneros y también a la bioseguridad (Summer y col, 2018). En cuanto a su percepción sobre el manejo del dolor, por ejemplo, se ha descrito que los productores están conscientes de que hay manejos dolorosos como el descorne, castración y que si no se hacen con la adecuada analgesia ocasiona un cuadro de dolor para el animal (Winder y col., 2016). Sin embargo, en este punto también hay diferencia entre aquellos que consideran el manejo del dolor sólo durante el proceso como tal (por ejemplo, uso de anestésico local), con aquellos que se preocupan por el manejo del dolor posterior al procedimiento y que persiste en el tiempo, el cual podría generar estrés y afectar considerablemente el bienestar de un individuo o de un grupo. A modo de ejemplo, en un estudio realizado a 1500 granjas europeas, casi la mitad de los ganaderos señalaron que perciben que el dolor postoperatorio en los terneros dura sólo unos minutos, más del 40% de los ganaderos percibieron que el dolor postoperatorio era moderado y duraba hasta 6 horas, y solo un 9% amplió la duración del dolor hasta 12 horas (Gottardo y col, 2011).
Otro factor importante en la consideración de los productores son sus convicciones o creencias, por ejemplo, en el diagnóstico y tratamiento de una vaca con cojera. No para todos, una cojera necesita tratamiento al mismo momento, para algunos el tratamiento se realiza cuando la vaca no puede desplazarse por sí sola, sin embargo, para otros es mejor enfocarse en la prevención que en el tratamiento propiamente tal. En este caso, se ha argumentado que la falta de consenso sobre la urgencia del tratamiento de una cojera podría estar relacionada con los diferentes usos del lenguaje para describir los síntomas que pueden infravalorar el dolor, además de la calidad y cantidad del personal que trabaja en el predio y que puede en algunos casos ser un obstáculo. Por último, se ha descrito un componente emocional relacionado con la confianza del ganadero y la satisfacción que puede sentir al tratar a una vaca coja (Horseman y col.,2014).
Por otro lado, también se incluye en la percepción del productor, a la falta de capacidad en la identificación o reducción de problemas de bienestar, asociado al desconocimiento de algunas enfermedades y muchas veces a una subvaloración en los beneficios del manejo del dolor (Becker y col., 2013). En este sentido, es crucial el trabajo en conjunto con el asesor y/o su médico veterinario de cabecera, que le permita dar solución y avanzar en estas temáticas. Recuerde que el veterinario está preparado para ayudar a los ganaderos a superar esas barreras. Es así, como se ha visto que aquellas granjas con visitas rutinarias de veterinarios, tienen un mejor uso del manejo del dolor durante el descorne, y que es atribuido a la influencia directa del veterinario en esta materia (Winder y col, 2016). Sin embargo, también se debe considerar que la falta de cooperación entre agricultores y veterinarios para mejorar el bienestar de los animales a veces se ve obstaculizada por la falta de comprensión mutua de cómo priorizar los factores económicos que son variados (Summer y col, 2018). El costo del manejo y control de las enfermedades es considerado por algunos como la principal limitación en las mejoras del bienestar animal (Bauman y col., 2016). Adicionalmente, el costo asociado por el manejo del dolor presenta variaciones entre las opiniones de los productores, por ejemplo, en un estudio donde se preguntó a 639 productores europeos si estaban dispuestos a pagar por el uso de analgesia en procedimientos dolorosos, el 45% señalo que estaba dispuesto a asumir ese costo, independiente del tamaño del rebaño y tipo de estabulación. Sin embargo, señalaron costear como máximo $ 1.40 dólares/ternero, siendo que el costo total asociado a ese procedimiento fue calculado en alrededor de $2.90 dólares/ternero (Gottardo y col, 2011).
En resumen, la percepción de los productores sobre las temáticas y mejoramiento del bienestar puede mejorar considerablemente si se toma conciencia de su rol en la toma de decisiones, para avanzar en primer lugar se deben definir objetivos a corto, mediano y largo plazo en conjunto con todo el equipo a cargo de los animales como son los veterinarios, asesores y/o personal a cargo del rebaño y que tengan un impacto positivo en el bienestar y productividad del rebaño. No debemos olvidar que, para lograr estos objetivos, debemos en primer lugar fortalecer las capacidades del grupo en temáticas de manejo, conducta y sanidad animal. Todo lo anterior no puede llevarse a cabo si no consideramos que estas mejoras conllevan costos económicos asociados, así como tiempo, para lograr los cambios propuestos.
Referencias
Bauman, C.A., H.W. Barkema, J. Dubuc, G.P. Keefe, and D.F. Kelton. 2016.
Identifying management and disease priorities of Canadian dairy industry stakeholders. J. Dairy Sci. 99:1–10. doi:10.3168/jds.2016-11057
Gottardo, F., E. Nalon, B. Contiero, S. Normando, P. Dalvit, and G. Cozzi. 2011. The dehorning of dairy calves: practices and opinions of 639 farmers. J. Dairy Sci. 94:5724–5734. doi:10.3168/jds.2011-4443.
Horseman, S.V., E.J. Roe, J.N. Huxley, N.J. Bell, C.S. Mason, and H.R. Whay. 2014. The use of in-depth interviews to understand the process of treating lame dairy cows from the farmers’ perspective. Anim. Welf. 23:157–165.doi:10.7120/09627286.23.2.157
Stuardo, L., Rojas, H., & Benavides, D. (2005). El bienestar animal en animales de granja I: la situación en Chile. SAG Boletin Veterinario Oficial, 24(2), 1-7.
Sumner Christine L, Marina A G von Keyserlingk, Daniel M Weary, Perspectives of farmers and veterinarians concerning dairy cattle welfare, Animal Frontiers, Volume 8, Issue 1, January 2018, Pages 8–13.
Winder, C.B., S.J. LeBlanc, D.B. Haley, K.D. Lissemore, M.A. Godkin, andT.F. Duffield. 2016. Practices for the disbudding and dehorning of dairycalves by veterinarians and dairy producers in Ontario, Canada. J. DairySci. 99:10161–10173. doi:10.3168/jds.2016-11270.
Wolf, C.A., G.T. Tonsor, G.S. McKendree, D.U., Thomson, J.C. Swanson. 2016. Public and farmer perceptions of dairy cattle welfare in the United States. J. Dairy Sci. 99:5892–5903. doi:10.3168/jds.2015-10619.