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                                    27el secado de los pezones o el no realizar un adecuado despunte, aumentan el grado de contaminación y diseminación de bacterias. En efecto, se ha demostrado que las IIM resultan ser mayores en aquellas vacas que ya cuentan con uno o más cuartos infectados. Durante la extracción de leche, las fluctuaciones de vacío en el colector de la unidad de ordeño, resultan en el movimiento de leche entre pezoneras (Figura 1). Estudios ultrasonográficos han demostrado que cerca de un tercio del volumen de leche presente en la cisterna del pezón, es bombeado de vuelta hacia la cisterna de la ubre justo un momento antes de que la pezonera comience a cerrarse. Por lo tanto, cuando una vaca posee uno o más cuartos afectados, el proceso de ordeña facilita la transferencia de microorganismos hacia los pezones de cuartos sanos (Mein 2012).Figura 1: Contaminación cruzada de cuartos por medio de la mezcla de leche en el colector2) AYUDANDO A LA MULTIPLICACIÓN DE MICROORGANISMOS EN LA PUNTA DEL PEZÓNEl factor que tiene mayor influencia sobre las IIM, es la exposición del esfínter y conducto del pezón a microorganismos patógenos. En ese sentido, el equipo de ordeña puede influir y favorecer la contaminación de la punta del pezón a través de la modificación de la integridad de este, permitiendo que la invasión de las bacterias ocurra más fácilmente. El desarrollo de lesiones, tales como hiperqueratosis (Figura 2A), hemorragias petequiales, agrietamiento y formación de anillos en la base de los pezones (Figura 2B), han sido señaladas como consecuencias de equipos de ordeña que operan inapropiadamente. Estas anormalidades de la piel, facilitan la colonización de bacterias patógenas pudiendo traer consigo IIM y, por ende, un aumento en los recuentos de células somáticas del rebaño.Un grupo de expertos de la International Dairy Federation (1987), señalaron que prácticas como el sobreordeño, altos niveles de vacío y una falla en el sistema de pulsación, pueden repercutir en un aumento de las IIM. Estudios apoyan que, si la pulsación es adecuada, las IIM permanecen bajas a pesar de la ejecución de ciertas malas prácticas de ordeño, destacando la importancia del sistema de pulsación en la salud mamaria. En ese sentido, una pulsación efectiva es lograda cuando las acciones combinadas entre el pulsador y las pezoneras, proveen un adecuado tiempo de ordeño/masaje en el pezón, logrando una óptima tasa de flujo de leche y cambios mínimos del tejido después del ordeño (Mein 2012). A inicio de los años 90, se pensaba que esto solo era válido para los patógenos contagiosos, tales como Staphylococcus aureus o Streptococcus agalactiae, no obstante, Jane Lacy-Hulbert (1998) fue la primera investigadora en demostrar que una falla en el equipo de ordeña traía consigo un mayor riesgo de desarrollar IIM por Streptococcus uberis, importante bacteria medioambiental.Figura 2A y 2B: Lesiones provocadas por el mal funcionamiento del equipo de ordeño2A2BCALIDAD DE LECHE
                                
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