El protocolo para tomar o colectar una correcta muestra de suelos es fundamental, ya que un resultado fehaciente de la condición actual depende en gran medida de la precisión y de la aplicación de una metodología adecuada durante el proceso. Es decir, un buen o mal resultado en cuanto al contenido de los elementos a considerar depende, en gran parte, de la precisión y variabilidad en la toma de muestras.
En primer lugar, porque la respuesta es casi obvia: para determinar las condiciones actuales del suelo en cuanto a acidez, contenido de fósforo, potasio, aluminio, saturación, etc.
La segunda duda es la razón, para poder determinar deficiencias y/o necesidades del cultivo actual o futuro a establecer, y así satisfacer sus exigencias productivas.
¿Cómo? Este es el Misterio que Dilucidaremos a Continuación:
La muestra de suelo debe correlacionar de la forma más cercana posible la realidad del potrero en cuanto a superficie, topografía, condiciones edáficas propias, etc.
Se debe contar con un equipo básico, como baldes, barreno, pala y, en algunos casos, muestreadores mecanizados montados en vehículos motorizados (servicio prestado generalmente por empresas o laboratorios).
Se debe definir el área a muestrear en cuanto a superficie, topografía, etc., y contar con bolsas o recipientes para, en primer lugar, colectar y homogeneizar las submuestras, y luego enviar una porción representativa bien identificada. En cuanto a los aspectos propios de la muestra, se deben obtener por lo menos 16 a 18 submuestras, caminando en zigzag por el potrero en cuestión, el cual debe ser único e individual para asegurarse de no mezclar distintos potreros, aunque parezcan similares, ninguno es igual al otro y se podría estar sub o sobre estimando los valores..

Los potreros deben tener una superficie no mayor a 7 hectáreas y, en casos excepcionales, hasta 10 hectáreas. Si la superficie es mayor, se recomienda cuadricular y subdividir, ya que, aun cuando hayan tenido el mismo manejo, la variabilidad puede ser enorme; basta observar, al momento de cultivar, las distintas tonalidades que presentan los suelos.
Es importante recolectar proporcionalmente respecto a la topografía, por ejemplo, incluyendo bajos y lomas. Asimismo, se deben evitar zonas aledañas a cercos, entradas de potreros, bebederos y áreas bajo árboles.
Recordar que la fidelidad de los resultados está directamente relacionada con la precisión de la muestra.
Cuál Método es el Mejor
Pues bien, todos, si son realizados a conciencia. En general, cuando los suelos están cultivados o muy húmedos, funciona mejor la pala; en condiciones normales, los barrenos. Se debe tener la precaución de que las submuestras sean de idéntico peso y representen todo el perfil del suelo.
Las muestras deben ser realizadas, como ya se mencionó, a través de todo el perfil del suelo, con una profundidad de 20 centímetros. Otra salvedad consiste en que, en el caso de praderas, no se debe eliminar la cubierta vegetal existente con el tacón de la bota o mediante un raspado superficial, ya que en los primeros centímetros existe una mayor concentración de nutrientes, más aún cuando las aplicaciones de fertilizantes son en cobertera. No importa que las muestras contengan restos de raíces, puesto que en el laboratorio son homogeneizadas y tamizadas previo al secado.
Una vez colectadas las submuestras, estas deben mezclarse muy bien para obtener una muestra final de aproximadamente un kilogramo, la cual debe ser envasada, etiquetada y enviada a la brevedad al laboratorio. En general, no es imperativo refrigerar las muestras, ni tampoco dejarlas a pleno sol en el pick-up o en la camioneta; basta con mantenerlas en un lugar fresco y protegido de la luz directa.
Preguntas frecuentes:
¿Se debe muestrear todos los años?
Si se está participando en un programa de recuperación, incremento o disminución de un elemento, la respuesta es sí. Sin embargo, si los niveles están relativamente altos y estables de acuerdo con las necesidades productivas, no es imprescindible realizar el muestreo cada año.
Una vez realizada una aplicación de fertilizantes, ¿Después de cuánto tiempo se puede volver a muestrear?
Por lo general, se sugiere hacerlo no antes de 6 a 8 meses posteriores a la intervención.
¿Cuándo es mejor muestrear?
En realidad, al laboratorio le es indiferente la época, pero debe planificarse con suficiente antelación, especialmente si se requiere corregir o planificar la extracción de nutrientes antes de un nuevo cultivo.
¿Pueden existir diferencias de resultados entre laboratorios?
La respuesta es sí. Existen distintos procesos y métodos de trabajo que determinan un rango de variación experimental, que, por ejemplo, en el fósforo puede alcanzar entre 10% y 20%, o mejor dicho, entre 2 y 4 ppm, dependiendo del valor a determinar.
Por ello, se recomienda utilizar siempre el mismo laboratorio, ya que el error experimental está implícito en sus métodos. En este sentido, los productores cuentan con el Laboratorio Agropecuario de Colun, el cual está acreditado y equipado con la última tecnología.










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