Rendimiento de la Alfalfa

La alfalfa permite obtener altos rendimientos asociados a una excelente calidad nutricional, pero con bajo riesgo, ya que no es susceptible a las heladas como lo es el maíz y con una destacada capacidad para crecer bajo condiciones de falta de humedad.

Su producción se concentra entre noviembre y marzo lo que la convierte en una de las mejores opciones de forraje verde en verano, especialmente bajo condiciones de secano.

En primera instancia se debe cumplir con los requisitos básicos como profundidad de suelo mayor a 1,5 metros, suelos sin problemas de drenaje y condiciones corregidas de fertilidad de suelo. Además, hay que evitar la aplicación previa, hasta 12 meses antes, de algunos herbicidas a los cuales la alfalfa es sensible (por ejemplo: metsulfuron metil, picloram, etc).

De acuerdo a lo descrito en el artículo de la edición 76, el proceso de preparación para el establecimiento de la alfalfa comienza al menos un año antes de la siembra, siendo clave la preparación de suelo con el uso de subsolador a máxima profundidad (mayor a 55 cm), el control eficaz de malezas provenientes de plantas y semillas, y la corrección de la fertilidad de suelo.

AGROCOLUN 78 | AGRÍCOLA | Claves para el Establecimiento de la AlfalfaLa clave de una alfalfa de alto rendimiento es un establecimiento exitoso, para ello los manejos de esta segunda etapa comienzan a inicios de agosto con el barbecho químico total del intercultivo establecido en otoño o primavera anterior, con el objetivo de controlar todas las gramíneas y malezas de hoja ancha.

Posteriormente se debe preparar suelo para obtener una cama de semillas mullida, totalmente libre de champas y terrones. En este proceso se aplica la enmienda o fertilizante que pueda haber faltado de la preparación de suelo anterior para terminar de corregir la fertilidad de suelo, así como también parte de la fertilización de la siembra.

Antes del último rastraje previo a la siembra es recomendable aplicar un herbicida pre-emergente (trifluralina), para así incorporarlo con una capa superficial de suelo. Posteriormente pasar rodón previo a la siembra.

La siembra se realiza, en general, desde comienzos de septiembre a comienzos de octubre dependiendo de la zona geográfica dado que se busca un equilibrio entre temperatura de suelo y humedad para asegurar la emergencia de la semilla y establecimiento de las plantas en primavera. La profundidad máxima de siembra es de 0,5 cm ya que la semilla es pequeña, siendo el ideal la utilización de una sembradora neumática, debido a su regulación mas precisa de la profundidad de siembra, así como por la distribución de la semilla.

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La dosis de semilla varía de acuerdo a la variedad como consecuencia de distintas formas de peletizado que utilizan las empresas, pero que en general oscilan entre 25 y 32 kilos por hectárea. La mayoría de las variedades comercializadas en Chile se venden ya tratadas e inoculadas (nódulos fijadores de nitrógeno), por lo que vienen listas para la siembra. A la siembra es clave la aplicación de altas dosis de fósforo junto a la semilla, considerando que entre lo incorporado en pre-siembra y durante la siembra se aplica prácticamente la totalidad del fósforo que la alfalfa va utilizar durante todos sus años que dure el cultivo, esto puede significar un costo de establecimiento mas elevado pero menores costos de mantención los años siguientes.

Inmediatamente después de la siembra es clave realizar la cantidad de pasadas de rodón necesarias para obtener una cama de semillas firme; en distintas orientaciones para mejorar la compactación de acuerdo al micro-relieve del suelo.

Una vez que el cultivo haya emergido, se debe estar muy atento a la aparición de malezas, ya que la eficacia de su control depende de la aplicación oportuna de herbicidas post-emergentes, en estados iniciales de establecimiento de la alfalfa.

Consideraciones finales

El punto clave del cultivo de la alfalfa es su establecimiento, para lo cual se requiere de un suelo que haya tenido cultivos previos que permitan incorporar enmiendas o nutrientes que sean limitantes y bajar la carga de malezas, ya que la alfalfa no tolera la competencia de malezas en su establecimiento. Además, requiere de una cama de semillas perfecta, suelo mullido, sin terrones ni champas y una cama de semillas firme. Así mismo la profundidad de siembra no puede ser superior a 0,5 cm.

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Ante cualquier duda acerca de la información presentada en este artículo, o cualquier otra de carácter técnico, no dude en consultar al departamento Agrícola de Agroservicios.