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25SUSTENTABILIDADdespués de la quema de combustibles fósiles, representando alrededor del 20% de todas las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) mundiales, correspondiendo a lo que equivalen las emisiones de todo el sector de transportes del planeta (FAO, 2018). Una investigación realizada el año 2016 por profesionales de la Universidad de la Frontera y Universidad Austral, identificaron que, aunque las tasas más altas de deforestación de la selva valdiviana ocurrieron entre 1970 y 1990, los bosques continuaron siendo talados y degradados a una tasa elevada durante los últimos 20 años. Desde el 2000, nuestro país ha perdido en promedio 30.000 hectáreas de bosque nativo al año. Casi un tercio de las pérdidas de bosque, se ha producido sólo en la región de la Araucanía. Expertos del estudio hacen referencia a que, si se continúa con aquella tasa de avance en temas de deforestación, los territorios sin algún instrumento de conservación terminarán prácticamente deforestadas por completo (Langman, 2018). Mientras más dañado y degradado esté un ecosistema, sin importar de qué tipo sea, menos biodiversidad tendrá, será más frágil y terminará por perderse. ¿CÓMO FORTALECER LA BIODIVERSIDAD EN NUESTRO ENTORNO?Chile ha adoptado importantes compromisos internacionales que aportan a la protección de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos que esta nos provee. En el año 1994 Chile ratificó el Convenio sobre Diversidad Biológica, comprometiéndose a tomar acciones para la conservación y uso sustentable de la biodiversidad (MMA, 2015). El Convenio sobre Diversidad Biológica, en el año 2010 solicitó que los países actualizaran sus respectivas Estrategias Nacionales de Biodiversidad (ENB) de acuerdo al “Plan Estratégico para la Diversidad Biológica 2011-2020 y Metas de Aichi”. El plan contiene 20 metas, conocidas como Metas de Aichi, que buscan detener la pérdida de diversidad biológica a nivel global y enfrentarlo a través de las acciones de políticas públicas y privadas. La versión más actual de este documento en Chile corresponde a la Estrategia Nacional de Biodiversidad (2017-2030; MMA, 2015).Adicionalmente la OCDE, en sus Perspectivas Ambientales al 2050, plasmó la necesidad de fortalecer políticas públicas e instrumentos para abordar de mejor manera las presiones directas sobre biodiversidad, a través de la promoción del uso sustentable, la inserción de los objetivos de biodiversidad en las políticas y planes intersectoriales, y la protección y restauración de ecosistemas y hábitats, entre otros aspectos. El nuevo pacto social-global que da origen a la “Agenda de Desarrollo Sostenible al 2030” de Naciones Unidas planteó 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, también conocidos como ODS, que buscan enfrentar los problemas sociales, económicos y ambientales que aquejan a los países y al planeta. De acuerdo a lo que plasman estos objetivos, se deja en evidencia que no es posible superar la pobreza, hambre y desigualdad si no nos preocupamos también de la protección y uso sostenible de la biodiversidad y los recursos naturales (MMA, 2015). La actualización en el tiempo de la Estrategia Nacional de Biodiversidad es un elemento clave para coordinar esfuerzos y avanzar de manera efectiva entre objetivos globales y nacionales, apuntando a la protección de la biodiversidad, la equidad y el bienestar social. Es así como, uno de los principales desafíos del país en temas de biodiversidad, es completar y consolidar la institucionalidad ambiental vigente, a través de la creación del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP) y del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP), en tramitación legislativa, puesto que en la IMAGEN 2: PORTADA ENB 2017- 2030 CHILE