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                                    5BIENESTAR ANIMALha sido correlacionado positivamente con interacciones humano-animal positivas, vale decir cuando los operarios valoran su trabajo con vacas lecheras como una experiencia positiva, esto se traduce en mejor trato hacia esos animales durante los manejos en el predio. Por lo tanto, la evaluación de este valor asignado por el personal a cargo podría ayudar a determinar el nivel de la interacción humano-animal (Hemsworth y Coleman, 2011). Por otro lado, cuando usamos la psicología para explicar la conducta humana, son la actitud y la personalidad los conceptos comúnmente utilizados. Está misma teoría describe que la conducta humana tiende a ser positiva cuando sus recuerdos son positivos o la realización de dicha actividad se relaciona con algo placentero y lo opuesto ocurre si el recuerdo o actividad se asocia con actividades negativas o consideradas poco placenteras (Ajzen y Fishbein, 1980). Es en este marco conceptual es que dos autores Australianos (Hemsworth y Coleman, 1998) proponen un modelo que explica por primera vez la interacción humano-animal, descrita como una relación recíproca (causa-consecuencia) entre las actitudes del operador o personal a cargo de los animales y la respuesta de los animales (Figura 1).FIGURA 1. MODELO DE INTERACCIÓN HUMANOANIMAL DE HEMSWORTH Y COLEMAN (1998)Por lo tanto, la conducta expresada por los encargados hacia los animales puede provocar una respuesta de miedo, dependiendo de la intensidad del estimulo y de la experiencia previa (Price, 1999). Es decir, si un operario por ejemplo NO ha recibo ningún tipo de capacitación en manejo y bienestar animal y su experiencia previa es utilizar un elemento de arreo para golpear y apurar a los animales “debido a que esa práctica hace su trabajo más fácil y rápido”, los animales responderán con miedo, estrés e incluso agresividad frente a este operario y a este tipo de manejo, lo que, probablemente, en el futuro lleve a los animales a rehusar está acción. Lo anterior, nos invita a estar siempre atentos a los manejos realizados en el predio y sobre todo a mantener una rutina regular de capacitación de los operarios que manejan el ganado, no tan sólo porque la capacitación es hoy en día parte de la legislación vigente (Ley 20.380 Sobre protección animal), sino también por las repercusiones y consecuencias negativas que malos hábitos pueden provocar en nuestros animales.RESPUESTAS DE LAS VACAS LECHERAS FRENTE A INTERACCIONES HUMANO-ANIMAL Debemos recordar que existen distintos tipos de manejos en que se requiere de la interacción de operarios con animales. De acuerdo con Waiblinger y col (2006), entre los distintos tipos de contacto entre los operarios y los animales, podemos mencionar:1. Presencia Visual 2. Moviéndose entre los animales sin contacto físico, posiblemente utilizando la vocalización (ej: arreo)3. Contacto físico4. Alimentación ( recompensa)5. Manejo invasivo (ej. descorne)Un ejemplo típico de interacción común en lechería, debido a la frecuencia de ordeños diarios, es la conducción de animales, aquí la interacción humanoanimal mide el esfuerzo que hace un operario para conducir o arrear los animales desde el predio a la sala de ordeño, expresado en el número de gritos, silbidos, golpes o empujones. La respuesta del animal a este manejo puede ser cuantificada y calificada como buena, regular o mala (Huertas y col, 2016). Por ejemplo, si la respuesta del animal fuera de miedo, se puede evaluar mediante el registro de la distancia de fuga, número de movimientos de defensa y escape, vocalizaciones, posición de la cabeza (más alta en situaciones de más estrés). Además de respuestas conductuales, están las respuestas fisiológicas (Figura 2) que pueden variar de acuerdo al método de arreo utilizado por el operario (Huertas y col, 2016).
                                
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