Page 27 - AGROCOLUN 50
P. 27
COMERCIAL
Ante esta condición, el animal tiende a disminuir su consumo de materia seca, lo que afecta directamente la producción de leche. El animal podrá sufrir un balance energético negativo (NEB, por sus siglas en ingles), pues la producción láctea se mantendrá, aunque en menor grado. El mecanismo compensatorio del animal se activará, metabolizando tejidos propios –principalmente la grasa– para obtener la energía que le es insuficiente.
El proceso de metabolización de grasa es un mecanismo complejo que requiere que el hígado transforme esos lípidos en glucosa. Muchas veces, este proceso resulta en acumulación de sustancias derivadas de lípidos que quedan atrapadas en hígado, alterando así su función, además de producir metabolitos de desecho que llegan al torrente sanguíneo y de esta forma acentúan el desequilibrio metabólico del animal (cetosis).
ACIDOSIS RUMINAL SUBAGUDA
Se define a la acidosis ruminal subaguda (SARA) como un desorden fermentativo que se presenta en los animales con valores subóptimos del pH ruminal (30% aproximadamente con valores de 5.5 o inferiores). Algunos autores sugieren que un pH 5.6 por periodos mayores, o iguales a 3 horas, generará SARA en las vacas lecheras. Las manifestaciones clínicas de SARA están bien definidas, pero suelen pasar desapercibidas debido a su baja especificidad o atribuidas a otros factores como micotoxicosis, fasciolasis, coccidiosis, entre otros.
Estos signos incluyen: Consistencias fecales variables, que pueden ir desde heces inconsistentes hasta firmes y secas si se genera la depleción de la microflora colónica, rastros de fibrina en las heces, hipomotilidad ruminal, hipofagia, conversión alimenticia deficiente, disminución de la producción, caída del contenido de grasa en la leche o de la relación grasa/proteína en la leche alterada, aumento en la incidencia de los trastornos digestivos, aumento de cojeras debido a laminitis, disminución del consumo de materia seca, pérdida de peso excesivo durante la lactancia temprana, aumento de la incidencia de cetosis, fallas reproductivas, aumento de mastitis. Como se observa, este diagnóstico debe realizarse desde un enfoque integral si existe la sospecha de SARA. De lo contrario se realizarán esfuerzos infructuosos para controlar cada alteración de forma particular.
DIAGNÓSTICO CORRECTO: UN ENFOQUE INTEGRAL
Diagnosticar SARA supone un desafío en el que deben participar todos quienes desempeñan un rol en el
cuidado de los animales, no solo el nutricionista o el veterinario clínico. El trabajo en equipo es importante, así como una comunicación efectiva y oportuna entre todos los involucrados. Bastará con que un operario realice mal la mezcla de una ración (picando, por ejemplo, en forma excesiva la fibra) para que empiecen a presentarse algunas alteraciones.
Aquí 5 aspectos importantes para considerar:
1. Evaluación de las raciones y prácticas de manejo: El factor clave en la dieta es la adecuación de la fibra efectiva larga y esto solo puede garantizarse analizando visualmente la dieta. Los valores de la fibradetergenteneutro(NDF,porsussiglaseninglés) en las raciones deben estimarse con precaución, ya que no ofrecen una valoración al largo de la fibra ni de su consistencia. El empleo regular del separador de partículas de forraje de Penn State representa un excelente método para obtener información relevante sobre la proporción de la fibra efectiva ofrecida en el alimento.
2. Evaluación de los animales: Cambios en la condición corporal durante la lactancia temprana, score de llenado ruminal, evaluación del proceso de la rumia (al menos el 60% de las vacas deberían encontrarse en rumia si es que no están comiendo o durmiendo), evaluación de las heces en la cola y piernas, parámetros de producción y reproducción, prevalencia de laminitis y tipos de lesiones presentes, confort animal: del 80 al 90% de las vacas, dentro de sus cubículos, deberían encontrarse en una posición correcta luego de la ordeña y la alimentación. Esto se puede evaluar mediante el cociente de confort de las vacas (CCQ, por sus siglas en inglés).
3. Separador fecal: Este procedimiento –desarrollado por la Universidad de Florida (Hall, 1999)– consiste en tomar muestras de heces frescas de 12 vacas, para luego tamizarlas con agua en un sistema de “coladores” que tengan porosidades de distintos diámetros. Esto permite observar el grado de digestibilidad de la ración y la tasa de pasaje de los elementos no digeridos. La presencia excesiva de elementos no digeridos –como granos, fibra entera y/o trazas de fibrina– sugieren acidosis ruminal.
4. Ruminocentesis: Es considerado el principal análisis para diagnosticar la acidosis ruminal subaguda (SARA). Consiste en la extracción –con material apropiado y preparación veterinaria– de 2 a 4 mililitros de líquido ruminal. Este líquido puede ser sometido a pruebas simples y directas (como la medición de pH), hasta análisis de laboratorio que indiquen el daño e inflamación de la mucosa
27