«La comunicación efectiva no es una garantía de éxito, pero su ausencia casi siempre garantiza problemas». En las actividades cotidianas de una lechería, encontramos siempre la comunicación, es decir, alguien que envía un mensaje, «el emisor»y alguien que lo recibe, «el receptor», Los mensajes pueden ser verbales (lenguaje escrito o hablado) o no verbales (lenguaje corporal). Sin embargo, es responsabilidad del emisor verificar, por medio de la retroalimentación, que el mensaje sea recibido y produzca el efecto esperado. Para esto, el emisor ha de tomar el papel del receptor, recoger las reacciones del mismo y de acuerdo con la actitud de éste, modificar su mensaje si fuera indispensable para que se cumpla el cometido. No obstante, a simple vista estos procesos parecieran simples, en la práctica son por demás complejos ya que existe un buen número de «barreras de la comunicación», las más importantes, son:
Lenguaje Utilizado. Se debe utilizar un lenguaje que sea comprensible por el receptor e imaginar cómo será interpretado por él.
Falta de claridad en los mensajes. La forma de expresar el mensaje determina cuán confuso o claro es. Por ejemplo, si usted quiere citar a un trabajador y le deja un mensaje que dice: «mañana lo espero más o menos a las 7 AM» comparado con «mañana lo espero a las 7 AM. en punto».
Incapacidad para escuchar. El escuchar no acaba con recibir el mensaje, sino que es preciso asegurarse, preguntando, si se ha comprendido lo que se quiere expresar. Conductas como interrumpir, contestar antes que el emisor haya terminado de hablar, fruncir el ceño, prestar poca atención, no mirar a los ojos a quien habla, etc. son síntomas de esta incapacidad.
Empatía. Permítanme definirla como el ponerse en los zapatos de la otra persona. El no desarrollar la habilidad para imaginar lo que la otra persona está pensando o sintiendo afectará la comunicación.
Falta de Retroalimentación. A veces por falta de tiempo o paciencia, entre otros, no nos preocupamos de asegurarnos de que se ha logrado un verdadero diálogo y no nos damos cuenta si se ha entendido del mensaje en cuestión.
Interrupciones en la Comunicación. Una lechería es un lugar bullicioso, vivo, lleno de actividad y, consecuentemente, rico en interruptores de la comunicación. Una charla informal como una junta o el solo dar instrucciones se ven a menudo frutadas por: el teléfono celular; algún curioso que entra en la oficina; la llegada inesperada de un vendedor; dar instrucciones desde la camioneta con el ruido del motor de por medio o los muchos decibeles emanados por tractores, empleados, el mugido de las vacas, etc.
Reflexionar sobre la importancia de la comunicación para el éxito de cualquier empresa, las barreras que hoy existen y cómo podemos superarlas nos permitirá ahorrarnos muchos problemas (trazabilidad; inhibidores; RCS; UFC; Baja producción; bajos sólidos; etc.) y contribuiremos a fortalecer las relaciones con nuestra gente y el entorno.
Christian Weiss Kunz
Sub Gerente
Insumos & Servicios a Cooperados
COLUN